“A Construir”, la marcha de la reforma laboral

Escribe El Be

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El gobierno nacional, la UOCRA y la Cámara Argentina de la Construcción, acordaron un convenio para ´compatibilizar´ el cobro del Potenciar Trabajo con el empleo formal en la construcción. Gracias a este acuerdo, las patronales de la construcción van a absorber el monto del plan social, el cual utilizarán para pagar los salarios. Es lo que ya comenzó a hacerse con los trabajadores rurales desde el pasado 12 de agosto, en beneficio de la patronal agrícola, como prueba piloto. El gobierno plantea extender en lo inmediato este mismo programa a otros rubros laborales como el gastronómico y el textil.

El acuerdo fue anunciado haciendo foco en la promesa de la generación de puestos de trabajo gracias a un plan de “capacitación laboral” para los beneficiarios del Potenciar, a cargo de la UOCRA. Toman, de esta manera, el libreto de la automotriz Toyota, que explica la desocupación por la falta de personal calificado. La realidad es que el personal calificado es lo que sobra y los puestos de trabajo se reducen cada vez más. “De los 2,4 millones de puestos de trabajo recuperados durante el segundo trimestre del año respecto al 2020, poco más de un millón se sumó al trabajo por cuenta propia (es decir feriantes, quiosqueros, plomeros, carpinteros, peluqueros, manicuras, remiseros, electricistas) y unas 900.000 consiguieron un trabajo asalariado pero informal, mientras que en el transcurso de un año se crearon apenas 400.000 puestos de empleos asalariados formales.” (Página/12)

La “capacitación laboral” es sólo la fachada de un convenio que no generará ningún puesto de trabajo nuevo, pero con el cual se buscará reemplazar a los trabajadores estables por personal temporario o precarizado, con al menos la mitad salario subsidiado por el Estado. La campaña mediática de generación de empleo para ganar votos en las elecciones de noviembre es sólo la contrapartida de la verdadera campaña electoral de gobierno: la que está dirigida a ganarse el favor de las patronales. Es la política de poner a trabajar a los planes sociales reclamada por las patronales durante el último período. Un guante que hasta Milei recogió durante la campaña.

El acuerdo, de todas maneras, sigue siendo una prueba piloto. El gobierno está tanteando el terreno para avanzar con una reforma a fondo. El acuerdo con la burocracia sindical contó también con el aval de la burocracia piquetera, que se hizo presente al momento del anuncio (Emilio Pérsico del Movimiento Evita, y Esteban “Gringo” Castro, de la UTEP). Por el lado de la CGT, estuvieron los co-titulares Héctor Daer y Carlos Acuña, Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingieri (Obras Sanitarias) y Pablo Biró (APLA).

El apoyo de todos estos sectores busca darle el respaldo más amplio posible a la medida, que abarcaría a sólo 20.000 beneficiarios del Potenciar Trabajo (sobre más de un millón). A largo plazo, el objetivo es que todos aquellos que perciben un plan social deban realizar una contrapartida laboral, que ahora es posible que sea en un empleo formal, pero que será siempre temporario y precarizado (es decir, precario y desechable).

El anuncio también contó con la presencia del ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta. Es el mismo que ha decidido que no se entregarán más planes sociales para los desocupados, rompiendo todos los acuerdos asumidos con las organizaciones sociales. Esta semana, y las siguientes, Zabaleta se verá emplazado por numerosas manifestaciones callejeras contra esta orientación de recorte y de precarización laboral. El Polo Obrero Tendencia se encuentra llevando a cabo este mismo plan de lucha.

El recorte a los planes sociales y el programa “A construir”, van de la mano con otros programas cuyo objetivo es utilizar la mano de obra desocupada que percibe un plan social para reemplazar a los trabajadores bajo convenio. Es la marcha de la reforma laboral que no logró aprobar el macrismo en el Congreso, pero que busca avanzar por sectores de la mano de la burocracia sindical. La condición de su avance es el cierre de ingresos de los nuevos desocupados a los programas sociales y la transformación de los existentes en empleo precarizado.

La lucha contra esta política sólo puede darse con la unidad de los trabajadores ocupados y desocupados. La derrota de los planes de precarización laboral que las patronales quieren imponer en cada rama (trabajadores rurales, construcción, etc.) y la conquista de nuevos subsidios a los desocupados van en el mismo camino de lucha por trabajo genuino. Un gran Congreso Obrero de trabajadores ocupados y desocupados significaría un gran paso adelante para la unidad del movimiento obrero y la derrota de la reforma laboral en marcha.

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