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El resultado electoral alcanzado por el FITU en las PASO jujeñas ha producido una cantidad de comentarios y señalamientos, pero está ausente una caracterización política. Alejandro Vilca, el primer candidato, espera ganar la posibilidad de consagrarse diputado nacional de la provincia, como ocurriera con Del Caño y Pablo López, en 2013, por Mendoza y Salta, respectivamente. La Izquierda Diario explica el ascenso de la intención de voto por Vilca a la inexistencia de una “oposición consecuente” a Gerardo Morales. Menciona, por un lado, los permanentes pactos entre el gobernador y el Frente de Todos; señala, por otro lado, la política de Morales de ´desarmar´ las oposiciones políticas tradicionales. Destaca, como otro factor, la procedencia “coya, obrera y marrón” del candidato Vilca, ungido como una especie de faro indigenista identitario para un sector de las masas jujeñas. Vilca y el PTS se han encargado de resaltar este último aspecto, al declarar que el objetivo es que “por primera vez entre al Congreso un obrero de recolección con piel oscura que se reivindique coya” (Página/12, 15/9). El candidato del trotskismo sería una continuidad y una superación del liderazgo que supo tener Milagro Sala.
De acuerdo a este planteo, en Jujuy se estaría verificando el proceso que consagró a Evo Morales, en Bolivia, y a Pedro Castillo, en Perú, o al protagonismo indígena en Ecuador. Jujuy sería parte del proceso político andino. El PTS, sin embargo, mientras reivindica la identidad de Vilca, no lo asocia a este proceso más general. No se sale, sin embargo, de la posición identitaria, porque su condición de ‘obrero’ y ‘marrón’, al lado de coya, las convierte en identitarias. Para el marxismo, el proletariado, por su posición histórica, es una clase universal, de ningún modo particular. La emancipación del proletariado es la emancipación de la humanidad de toda forma explotación y de alienación. A la definición del PTS le faltan dos palabras: socialismo e internacionalismo. Reduce Vilca a un candidato democratizante.
No es la primera vez que la política del poder provincial de diezmar a la oposición tradicional, con el objetivo de monopolizar las decisiones de Estado, lleva a un ascenso electoral excepcional de la izquierda; fue lo que ocurrió en Salta, en 2013, cuando el PO ganó la elección en la Capital. La crisis política alimentó un ascenso que no tenía como base el desarrollo de una conciencia de clase de los trabajadores. En casos como éste, el voto a la izquierda es pluriclasista, no representa una tendencia de la clase, asume el carácter de ´un voto ciudadano´. La ausencia de numerosas alternativas electorales opositoras que no pasaron las PASO, alimenta el caudal de votos hacia Vilca, que conseguiría convertirse en diputado nacional, cuando el FIT-U no logró, en las recientes elecciones provinciales, meter un solo legislador.
Como se ve, caracterizar adecuadamente la tendencia del voto que podría llevar a Vilca al Congreso es fundamental, porque define la orientación política de la corriente que lo lleva de candidato. La condición de coya de Vilca, que reivindica el PTS, es uno más de los virajes que lo caracterizan, que está reñido con una estrategia socialista. La clase obrera debe ponerse a la cabeza del Jujuy indio, no en función del identitarismo indigenista sino de la unidad socialista de la América India.
Jujuy es de las provincias más golpeadas por la pobreza y la desocupación, por encima del promedio de todo el país. La pauperización de las masas, el incremento de la explotación laboral, la desocupación y la conciencia que esa situación despierta en los trabajadores es el factor fundamental que, en la sociedad capitalista, posibilita un abordaje revolucionario. El PTS ha reemplazado (si es que alguna vez lo tuvo) en Jujuy el punto de vista del socialismo por el del indigenismo electoral. Este indigenismo devaluado corre detrás de los planteos de García Linera, ex guerrillero, que se convirtió en vicepresidente de Evo Morales, que llamó a construir, primero un “socialismo andino” y luego un “capitalismo andino”. El indigenismo está muy lejos de representar un bloque social homogéneo – por el contrario, esta cruzado por poderosas diferencias de clase.