Alec Baldwin: en Hollywood, el lucro capitalista también vale más que la vida

Escribe Matias Melta

Tiempo de lectura: 2 minutos

El reconocido actor estadounidense Alec Baldwin mató a Halyna Hutchins, la directora de fotografía de su película “Rust”, que este produce y protagoniza, con un arma de utilería durante el rodaje de una escena.

Algunas versiones señalan que el arma empuñada por Baldwin no había sido debidamente chequeada y que habría sido utilizada con munición verdadera durante los altos del rodaje por miembros del equipo de filmación para practicar tiro. Fue hallada munición real en el set, junto a la de fogueo, algo prohibido por normas de seguridad. Otras versiones refieren a la peligrosidad de la munición de utilería. Todo eso está bajo investigación, pero casi no quedan dudas de que el accidente mortal fue el resultado de negligencias en el área de producción.

El hecho es que el equipo profesional había sido reemplazado por trabajadores jóvenes no sindicalizados, convocados luego de que éste se retirara del set en protesta por los ritmos extenuantes y, precisamente, la precariedad en materia de seguridad en la que se desarrollaba el rodaje. Con 7,5 millones de dólares, “Rust” es una película de bajo presupuesto para los parámetros de Hoolywood. La convocatoria a esquiroles para continuar el rodaje tuvo un resultado fatal.

Así como no es correcto llamar a este hecho un accidente, porque se podría haber evitado sin la negligencia capitalista, corresponde ligarlo al estado de principio de rebelión de los trabajadores de la rama audiovisual que recorre Estados Unidos.

Protestas

Los trabajadores detrás de cámaras de las más importantes series, películas y programas de TV del mundo están hartos de las condiciones laborales bestiales que imponen emporios como Disney, Netflix o Columbia Pictures. La conducción de la IATSE (Alianza Internacional de Empleados de Escenarios Teatrales), el sindicato más grande de este sector, tuvo que hacerse eco del reclamo generalizado y llamar a votar para que las bases la mandataran a una huelga general nacional, que dio como resultado histórico que el 90% de los 60.000 afiliados votaran por el sí a la medida de fuerza. La conducción de IATSE llegó a un principio de acuerdo de nuevos convenios colectivos con la poderosa AMPTP (Alianza de productores de cine y televisión), levantando la huelga a último momento. Esto fue repudiado masivamente por las bases por dos motivos centrales: porque estaban listas para frenar por completo a la industria y porque consideran que las nuevas condiciones laborales son insuficientes. Por caso, la conducción del sindicato presentó la negociación como un éxito, pero los trabajadores no comen vidrio. Por ejemplo, las 10 horas de descanso que “negoció” el sindicato, habilita a que trabajen 14 horas de corrido. El malestar también refiere al aumento del 3% salarial anual, irrisorio.

Los afiliados a la IATSE deben ahora votar si aceptan las nuevas condiciones y las redes sociales se llenaron, literalmente, de miles de trabajadores llamando a votar por el no y por el inicio de la huelga. Luego de la muerte de Hutchins, seguramente la bronca que los afiliados vienen demostrando no hará más que acrecentarse.

Cómo los acuerdos son diversos y algunos varían según área del país, rama de trabajo y sindicato local, la conducción de la IATSE está estirando las fechas de votación, para intentar frenar la iniciativa de las bases. La huelga, sin embargo, parece imparable.

Lo que sucedió con Baldwin es el ejemplo acabado de que para las patronales del entretenimiento más grandes del mundo el lucro está por encima de la vida de los trabajadores. Es lo que vienen denunciando estos con todas las letras: el trabajo se está contraponiendo con el desarrollo de sus vidas.

Todo el apoyo a las bases por la huelga general nacional que paralice a una de las industrias más influyentes de Estados Unidos.

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