Escribe Lucas Noguera (Santa Cruz)
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A un mes de que Alberto Fernández designara de interventor de YCRT a Aníbal Fernández, este despidió a 419 trabajadores de la mina de Rio Turbio. La excusa para semejante atropello fue tirarle la pelota al anterior interventor macrista, Omar Zeidán, quien los contrató en pésimas condiciones. Los interventores de esta manera pretenden colocar de rehenes a los trabajadores de las querellas patronales que buscan a su modo flexibilizar las condiciones laborales de los mineros de la cuenca. Los trabajadores no tienen que dejarse engañar por esta pantomima que tiene como objetivo dividir al movimiento obrero como condición para avanzar contra sus derechos.
"Nada se puede hacer ante un hecho consumado", dijo cínicamente el funcionario del Frente de Todos frente a la cara de los despedidos y sus familias que sufrían este atropello. Compañeras de trabajadores lamentaron en llanto porque no podrían sostener sus hogares con esta situación. Hasta tuvo el descaro de culpabilizar a los propios mineros diciéndoles "¿Ustedes sabían que estaban haciendo las cosas mal?". Pero la realidad es que estas 'irregularidades' son la regla de los interventores y no la excepción. Situación similar ocurre con los trabajadores municipales, que son tomados bajo contrato a último momento por una gestión y despedidos por la próxima. Los intendentes que se suceden como los interventores en YCRT quieren quedar impunes de sus responsabilidades y desviar la mirada para otro lado.
La línea de la dirigencia de ATE ha sido, por su parte, de conciliación con los verdugos de los trabajadores. De hecho, la conducción de ATE se acercó a los estrados de la Justicia para solicitar que se procesen los despidos de estos centenares de trabajadores. La burocracia en estos tiempos actúa como riñón del gobierno. Nunca ha sido tan clara su capitulación con los intereses de la clase obrera.
La respuesta de los despedidos de YCRT ha sido la acción del corte de ruta en Río Turbio, exigiendo la reunión con los intendentes de 28 de Noviembre y Rio Turbio para solucionar el conflicto.
La unidad de los trabajadores en defensa de las fuentes laborales y la cuenca es la premisa sobre la cual dar una lucha consecuente frente a las maniobras de las distintas gestiones.
Los trabajadores deben ver detrás de estos funcionarios K y M los intereses sociales que representan y contraponer a ello la unidad sobre la independencia política de clase.
Desde el Partido Obrero Tendencia sostenemos el reparto de las horas de trabajo para terminar con la desocupación y que la mina pase a estar bajo control obrero.