Sudán: golpe de estado y movilización popular

Escribe Mauri Colón

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El pasado lunes, las fuerzas militares sudanesas arrestaron al primer ministro, Abdallah Hamdok, junto a su esposa y otros altos funcionarios del Ejecutivo. Los militares insurgentes que responden al general Abdelfatah al-Burhan tomaron el desmantelaron el Consejo Soberano de Sudán y declararon el estado de emergencia nacional. Además, designaron un gobierno tecnocrático para dirigir al país, hasta las elecciones de julio de 2023. A la vez, suspendieron una serie de artículos del documento que servía de Constitución.

Desde que la rebelión popular destituyó al dictador Omar al-Bashir en 2019, luego de 30 años de gobierno, el país es regido por un gobierno de transición cívico-militar. Durante estos dos años, la situación social y económica no cambió sustancialmente. Más allá de algunas concesiones sociales, las bases estructurales heredadas de la dictadura se mantienen intactas. Cómo consecuencia de esto, el Gobierno de Transición comenzó a mostrar fisuras y tensiones entre el ala civil del gobierno, y el ala islámica radical, que quiere un gobierno de cuño militar. Estas tensiones se dispararon en las últimas semanas a raíz de una intentona golpista abortada a finales de septiembre, que impulsó aún la movilización por un gobierno enteramente civil.

Las fuerzas militares justificaron la toma del poder en la necesidad de preservar la estabilidad del país. Horas antes del golpe, Jeffrey Feltman, representante de Estados Unidos en la región, se encontró con los militares golpistas. La principal preocupación de Washington es garantizar que las crecientes tensiones sociales, replicadas en toda la región, no se extiendan a sus aliados, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Egipto. Existe una disputa entre Etiopía y Egiptopor los recursos del Río Nilo. Sudán tiene una ubicación estratégica en el Cuerno de África, junto al Mar Rojo y la entrada al Canal de Suez, por donde pasa gran parte del petróleo de la región.

La resistencia al golpe

En un mensaje difundido en las redes sociales, la Asociación de Profesionales de Sudán, llamó a las masas a "salir a la calle y a prepararse para resistir”. Por su parte, el primer ministro depuesto, Hamdok, llamó al pueblo a manifestarse y a usar todos los medios pacíficos para restaurar su revolución”. Decenas de miles de personas se han movilizado desde las primeras horas en varias ciudades del país, incluida la capital, Jartum, a pesar de que la señal de Internet y teléfono sufrió severas interrupciones. La ciudad capital fue "tomada" por los manifestantes, que hicieron barricadas y quemaron neumáticos Los trabajadores petroleros declararon la huelga contra el golpe y lo mismo hicieron los médicos.

Las movilizaciones son encabezadas por la "Fuerzas de la Libertad y el Cambio", coalición de fuerzas ´pro democráticas´, donde se encuentra el Partido Comunista Sudanés y organizaciones sindicales, entre otros. Los mismos se han declarado en estado de desobediencia civil nacional hasta que todos los detenidos del Consejo Soberano y del Gobierno sean liberados, los miembros del Consejo Militar dimitan y se entreguen, y se reabra una negociación.

Organismos y medios de comunicación, denuncian que se ha utilizado munición real contra manifestantes al menos en Jartum, donde han actuado el Ejército en conjunto con las Fuerzas de Apoyo Rápido, un temido grupo paramilitar. Por el momento, son siete los muertos y 140 heridos a causa de la represión criminal.

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