Trabajadores audiovisuales de EE. UU.: la burocracia sindical intenta frenar la huelga general

Escribe Matias Melta

Tiempo de lectura: 2 minutos

Hace ya casi un mes que el 90% de los 60.000 afiliados de la IATSE (Alianza Internacional de Empleados de Escenarios Teatrales), que agrupa a 36 seccionales sindicales locales de distintas profesiones del área audiovisual, mandataron a su dirección por el comienzo de una huelga general nacional, la que la convertiría en la más grande del sector privado en EEUU en un largo tiempo. Esta conducción está mostrando su esencia burocrática, al haber frenado la medida de fuerza y dilatar la votación que los afiliados deben realizar para aceptar o no los nuevos acuerdos de la IATSE con la unión de patronales AMPTP (Alianza de productores de cine y televisión). Mientras la posición de ir a la huelga continúa siendo mayoritaria en las bases, la burocracia presiona para que esta no se lleve a cabo.

Presiones, falacias y un acuerdo a la medida de las patronales

La burocracia de la IATSE insiste en que los que serían los nuevos convenios colectivos de trabajo negociados con la AMTP son un “éxito histórico”, aunque el detalle de los mismos ni siquiera llegó a sus afiliados. Ahora, esta conducción lanzó un comunicado firmado por su presidente y por parte de los miembros -no todos, dato a tener en cuenta- de las direcciones de los 13 locales del sindicato que se encuentran en Hollywood, llamando a los afiliados a votar por refrendar esos convenios. El texto está lleno de falsedades y manipulaciones: utiliza frases del tipo “esto no se detiene aquí, y de hecho, acaba de empezar”, cuando los acuerdos “negociados” no sólo son insuficientes sino que legalizan condiciones laborales deplorables.

Es que, a partir de la pandemia, empresas poderosísimas como Disney, Netflix o Paramount impusieron a sus trabajadores jornadas laborales extensísimas sin días de descanso, salarios a la baja y la imposibilidad absoluta de llevar a cabo una vida normal, ya que los proyectos pueden durar meses. Tomando esas condiciones extremas como referencia, es que la IATSE presenta el acuerdo como una salida “victoriosa”. Una obvia y gran mentira que sus afiliados repudian.

Veamos un ejemplo concreto: antes de la pandemia un camarógrafo tenía una jornada laboral de, como mucho, 9 horas. Con los nuevos convenios, tendría 10 horas corridas de descanso más una hora para comer, lo que significa que la jornada se puede prolongar a 13 horas de trabajo diario.

Desde el punto de vista salarial, se estableció un aumento del 3% anual, cuando la inflación interanual de EEU fue de 5,4% -la más alta en 13 años. ¿Dónde está el beneficio en materia de jornada laboral y salario? En ningún lado. Esto es lo que las bases denuncian: este nuevo acuerdo es una estafa mayúscula.

La única opción, la huelga general

La mayoría de las bases mantiene su posición y está convencida de ir a la huelga, a pesar del juego de desgaste y presión de la burocracia. Sucede además que esta es una problemática histórica: trabajar en la industria audiovisual detrás de cámaras se transforma en algo completamente alienante, dada la explotación acérrima. Las redes sociales, que son un termómetro del hartazgo de miles de afiliados de la IATSE, dan cuenta de esto: un afiliado llamado Bobby Thomas lo resume de este modo en la página de Facebook del Sindicato: “no me digas que vote sí por algo que aún no he leído. (...) 30 años en este negocio y es la misma vieja historia: obtendremos un mejor contrato la próxima vez. Demasiadas personas mueren, demasiadas personas se enferman porque trabajan demasiadas horas y su sistema inmunológico colapsa.”

En esta puja con la burocracia y las patronales por su vida y su dignidad, los trabajadores afiliados a la IATSE deben utilizar la valentía, la claridad y la combatividad que vienen desplegando para imponer la huelga general nacional.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera