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En un reciente artículo contra la Tendencia (que patéticamente insiste en llamar "el grupo de Altamira") Rafael Santos se deshace en condenas al sectarismo y el faccionalismo y brega por los principios trotskistas de “la unidad de los trabajadores” por sobre todas las cosas. Teniendo en cuenta que el autor de la nota fue partícipe necesario de la expulsión de más de 1200 militantes de su propio partido hace dos años, cualquier lector informado creería, desde el principio, que no se trata más que de un farsante tratando de encubrir las huellas su propio pasado.
Pero hay más que eso. Santos tiene la perversión de criticar en su nota, en medio de este desenfreno unitario, a “los boicots que realizan los militantes de la Tendencia a marchas y acciones convocadas por el Frente Piquetero”. Santos ya no habla de aquella supuesta posición anti-piquetera que le endilgaron a "Altamira y su grupo". Esa crítica ya se la guardó en el bolsillo. Ahora admite que somos un factor activo en el movimiento piquetero (aunque se cuida mucho de mencionar al Polo Obrero Tendencia).
La crítica de que no nos sumamos a las convocatorias del frente oficial ya había aparecido antes. De ser así, la crítica debería dirigirse ahora a casi todo el arco de organizaciones sociales, ya que en sus últimas movilizaciones el Polo oficial consiguió su objetivo de quedarse solo, con un reducido grupo de organizaciones menores, siendo abandonado por el resto. Habría sido interesante que Santos, al menos, sí hubiera dedicado su nota a esta crisis que atraviesa el frente Unidad Piquetera. Los ex aliados de Belliboni le atribuyen el propósito de querer acaparar las negociaciones con ministerios y secretarías, para convertirse en el beneficiario exclusivo de concesiones de distinto orden, incluso prebendas, y marginalizar a los agrupamientos que considera ahora como una competencia prescindible
El "divisionismo" que Santos imputa a la Tendencia, sólo pone de manifiesto su condición de escriba. Desde la formación del Polo Obrero Tendencia hemos sido objeto de un sinnúmero sistemático de provocaciones por parte del aparato del PO oficial. Desde cordones “de seguridad” contra nuestra organización, hasta una embestida patoteril en el Obelisco para expulsarnos de una acción "unitaria", y el intento de asalto a nuestros locales. En una movilización a Plaza de Mayo contra el Consejo del Salario, todas las organizaciones fueron testigo de cómo un cordón del aparato cruzó toda la plaza para impedir el avance de la Tendencia que se encontraba en el extremo opuesto a ellos.
Cada una de estas provocaciones sólo tuvo el efecto de desmoralizar sus propias filas. En ocasión de la provocación en el Obelisco, el MTR condenó la acción patotera que llevó adelante el aparato en tándem con la gente de Barrios de Pie– Randazzo. Eso le valió al MTR la expulsión por parte del PO oficial. Es a esto que Santos denomina la unidad de los trabajadores.
No pocas organizaciones de la Unidad Piquetera nos informaron haber propuesto varias veces la integración de la Tendencia del Polo Obrero. El aparato amenazó romper el frente si se aprobaba nuestra integración. Mientras vetaban nuestra integración, por las redes sociales criticaban nuestro "sectarismo". Esta ha sido siempre la metodología de acción de los aparatos.
El Partido Obrero repudió siempre este tipo de maniobras políticas. Es lo que hacía el morenismo, principalmente el PTS. Durante todas las campañas electorales, el PTS mandaba hordas de usuarios de Facebook y otras redes sociales a calumniar con las peores bajezas al Partido Obrero y, principalmente, a su principal candidato, Jorge Altamira. La dirección del PTS, por su lado, no se hacía cargo de nada. En su prensa, al igual que su santidad Santos, el PTS llamaba a la más fraterna unidad de los trabajadores. El aparato sabe que el PTS ha rechazado siempre acciones en común. Incluso nos hizo responsables del asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra por la patota de Pedraza, para aparecer en la manifestación del día siguiente con remeras con la foto de Mariano. Vaya todo esto para el prontuario de “la izquierda que se une”.
Hoy el PO oficial ha adoptado este mismo método. Están formando a la militancia en una especie de "vale todo", hasta mentir y calumniar. Cada uno es responsable de sus actos. Los métodos del santo Santos son incompatibles con los métodos de construcción de un partido revolucionario.