Tiempo de lectura: 2 minutos
El día miércoles se realizó una concentración en Villa Urquiza exigiendo Justicia por Lola, una joven de 17 años que fue hallada muerta en la casa de un adulto de 44 años.
El martes 16 de noviembre, Lola fue a la casa de Christian Gilardenghi, de 44 años, un amigo de varios años de su madre. Por la noche el mismo Christian llama a Vanesa (madre de Lola) para decirle que su hija se sentía mal, luego de darle vueltas acerca del lugar en el que se encontraba diciendo que había llamado a la ambulancia y que Lola estaba en el Tornú. Finalmente la familia, llega a la casa de este hombre en donde se encuentra la policía y una ambulancia, allí le informan a Vanesa que su hija está muerta y que las causas de la muerte (edema pulmonar y cerebral) podrían ser compatibles con una sobredosis. El dueño de la casa, según cuenta la madre, tenía sus facultades notoriamente alteradas e incluso se comportaba de forma hostil con el personal policial.
Una buena cantidad de medios de comunicación se han ido por la tangente culpabilizando a la víctima y a su familia, un comportamiento que a estas alturas ya no nos sorprende en este tipo de situaciones.
Los casos como los de Lola no se detienen y lejos están de verse reducidos a lo largo y ancho del territorio. Hemos pasado de la preocupante cifra de una mujer muriendo a causa de femicidios cada 36 horas en el primer Ni Una Menos del 2015 a la friolera cifra de una mujer víctima de femicidios cada 20 horas.
La policia, el aparato represivo del estado, que usualmente reacciona reprimiendo a las familias y amigues de las víctimas de femicidio cuando se manifiestan exigiendo justicia (como en el caso de Brisa Formoso y tantos otros), en este caso ha cometido un sinfín de irregularidades: El hombre señalado por la familia no fue demorado ni detenido, porque en principio no se encuentra acusado de ningún delito y no se le realizó examen toxicológico , no se lo detuvo ni se demoró en calidad de sospechoso. Actualmente se encuentra prófugo, relata su madre. “Desapareció porque tiene algo que esconder”..." tras lo cual agregó que la policía tampoco pudo encontrar su teléfono celular" (Crónica, 25/11).
Exigiendo el esclarecimiento de las causas de la muerte de Lola y por el pedido de justicia, la familia se encuentra movilizada. Desde Política Obrera llamamos a acompañar a la familia en este doloroso proceso y participaremos de los cortes de todos los martes a las 18 en Mariano Acha y Av. Triunvirato. Justicia por Lola.