Thelma Fardin y Nancy Videla: un juicio reparador y otro Ni una menos más

Escribe Ana Belinco

Tiempo de lectura: 3 minutos

Durante la última semana asistimos al comienzo del juicio contra Juan Darthés, a tres años de la denuncia de abuso sexual realizada por la actriz Thelma Fardin. El juicio ha sido calificado como “un antes y un después en la lucha contra la violencia sexual en Argentina” (La diaria feminismos, 1/12). Por otro lado, se produjo la desaparición de Nancy Videla, joven trabajadora de casas particulares, que dejó expuesta una red de complicidad y negligencia estatal que terminó en femicidio.

El viernes 26 de noviembre desapareció Nancy. Su novio, su familia y sus amigos empezaron una búsqueda desesperada. La Policía tardó casi cuatro días en tomar la denuncia. Tiempo valiosísimo. La falta de prontitud y pericia de las fuerzas de seguridad quedó expuesta cuando una mujer llamó al 911. La testigo declaró que Damián Lezcano Mendoza, de 70 años, tenía trato con Nancy, y que, tras la desaparición de la joven, lo habían visto construyendo un entrepiso en su casa.

El audio se viralizó, poniendo en riesgo a la testigo. Aníbal Fernández se indignó por Twitter con el operador del 911 por la filtración y ordenó una denuncia penal. Lezcano había tenido una condena por el homicidio simple de una mujer en 2002, pero no fue preso. Los vecinos denunciaban que el hombre acosaba constantemente a las mujeres a las que les alquilaba piezas en su propiedad, exigiéndoles sexo como parte de pago y que la familia de Lezcano era parte de una red de prostitución y venta de drogas en la zona. Una policía que, cuando se trata de la juventud, primero dispara y después pregunta, demoró cuatro horas en espera de la orden del Juez para realizar el allanamiento en la casa del sospechoso. Fue cuando se dio con el cuerpo de Nancy.

Una red de complicidades y negligencias de todas las instituciones estatales, que no puede ser cubierta con la sábana corta de un funcionariado feminista atrincherado en Ministerios de la Mujer. Mientras el 70% de las personas que están en situación de pobreza son mujeres y ocurre un femicidio cada 32 horas y se asesinaron a 279 mujeres, en Lomas de Zamora, durante el 2021, el municipio de la Provincia de Buenos Aires donde vivía Nancy, tiene un sólo refugio, totalmente desfinanciado y con falta de personal e infraestructura para atender a todos los casos de violencia de género que se dan en la zona. En contrapartida, el Ministerio nacional de la mujer, comandado por Gómez Alcorta, y el bonaerense, a cargo de Estela Díaz, sólo se limita a repartir subsidios miserables y a batir el parche con la Ley Micaela, que ordena educar a funcionarios civiles y policiales en perspectiva de género, mientras las mujeres no llegan a fin de mes.

Los medios de comunicación enfocaron sus luces hacia una supuesta doble vida de Nancy que “tendría una relación sentimental” con Lezcano mientras la buscaba su novio. Una re victimización. Lezcano que tiempo atrás le había alquilado una pieza a Nancy le prestaba dinero. Alan, el novio de la joven, dijo que Nancy estaba ahorrando para poder ir a visitar a su familia a Rosario.

El caso de Nancy deja expuesto que estamos lejos de un “antes y un después en la lucha contra la violencia sexual en Argentina”. El caso de Thelma es instrumentalizado para mostrar una realidad que no existe. El sistema sobre-representa un caso que cuenta con difusión mediática para disimular su responsabilidad en el creciente número de mujeres que engrosan el #NiUnaMenos.

La desintegración de la familia obrera, la violencia laboral y sexual contra las mujeres trabajadoras, los femicidios son inherentes al sistema capitalista, y no pueden erradicarse sino mediante una acción colectiva que exponga con claridad las responsabilidades sociales y políticas de la violencia contra la mujer. Para eso es necesario fundar una organización combativa de la mujer de contenido obrero y socialista. Más leyes, más ministerios, inclusive más presupuesto en sí mismo, no son una salida. Es necesario elevar la conciencia política, la organización y la capacidad de lucha de las mujeres en los lugares de trabajo y de estudios, en los barrios y en los sindicatos. El pacto con el FMI en puerta va agravar las condiciones de vida de las masas y la desigualdad, opresión y violencia contra la mujer.

Las mujeres socialistas llamamos a marchar el sábado 11 contra el acuerdo con el FMI, por un congreso de trabajadores y por la huelga general.

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