Escriben Mauri Colón y Cuki M.
Desconociendo todos los acuerdos establecidos, rompieron el acto intentando censurar al resto de las organizaciones.
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El pasado sábado en la ciudad de Santa Fe, como en todas las plazas del país, la izquierda se movilizó contra el acuerdo que el gobierno de los Fernández quiere cerrar con el Fondo Monetario Internacional, el cual traerá consigo un brutal ataque a las condiciones de vida del conjunto de los trabajadores ocupados y desocupados.
Dicha movilización estuvo precedida por dos reuniones de organización en la ciudad que, si bien fueron convocadas con poco tiempo previo, sirvieron para establecer la convocatoria y los acuerdos sobre la misma.
Los partidos que se nuclean en el Frente de Izquierda Unidad (FIT-U), propusieron un documento nacional, pero la mayoría de las organizaciones por fuera del frente no estábamos de acuerdo. Aunque se agregaron enmiendas locales, los límites del texto propuesto eran claros y explicitamos las diferencias en las páginas de nuestro periódico.
Pero, sobre todo, el documento “de la izquierda que se une”, desconoce la necesidad de un congreso Obrero como órgano deliberativo de la clase, que sea el puntapié inicial para la construcción de la huelga general para enfrentar al gobierno, al FMI y al ajuste en marcha.
Debido a estas diferencias, y sosteniendo la tradición del micrófono abierto que desde hace años defendemos en nuestra ciudad, propusimos que los que quieran firmar el documento lo hagan, y las demás organizaciones puedan tener su palabra para expresarse libremente. Esto fue consensuado en los dos encuentros previos al 11 por todas las organizaciones presentes.
Cuando todo se prestaba para seguir los según lo acordado, entre gallos y medianoche los partidos del FIT-U, “comunicaron” menos de 12 horas antes de la actividad y por mensaje de WhatsApp, que no habría micrófono abierto y solo habría lugar para el documento. La maniobra de censura violaba todos los acuerdos previos, además de atentar contra la más elemental organización de las agrupaciones.
Como era lógico, la tensión se trasladó a la plaza esa misma mañana, de donde iba a partir la movilización. Allí se desarrolló una fuerte discusión momentos antes del inicio de la marcha. Tanto el MST, Partido Obrero “Oficial” y PTS, decidieron mantener la posición de cerrar el micrófono a las organizaciones participantes y acatar al pie de la letra cada uno de los puntos del comunicado sin dar lugar a cuestionamientos o agregados. No solo nunca argumentaron los reales motivos de esta decisión, sino que algunos de sus dirigentes intentaron amedrentar con acciones patoteriles, mientras otro utilizaba expresiones como “los vamos a pasar por encima y les vamos a romper la cabeza”, como hemos denunciando en un documento público firmado por todas las agrupaciones.
El resto de los partidos y agrupaciones (Política Obrera, TMR 26 de noviembre, PSL, Movimiento Rebelión Popular, Barrios de Pie, Espacio Sindical de Base, Frente docente 4 de abril, Asociación Juanito Laguna), defendimos con firmeza el derecho a no ser silenciados. Esto derivó en dos marchas y en dos actos en simultáneo en una Plaza de Mayo dividida.
Por un lado, el aparato del FIT-U quedó aislado, víctima de su propia maniobra, y marchó de manera separada atrás del resto de las agrupaciones. Hicieron un acto para ellos mismos. Por el otro, en el centro de la Plaza frente al poder político, las agrupaciones desarrollamos la radio abierta a pesar de las maniobras y de los bombos que, del otro lado de la plaza, buscaban que no se escucharan los oradores.
Esta maniobra de censura impropia de partidos que se identifican a sí mismos como socialistas y revolucionarios, sienta un nefasto precedente para las próximas luchas en nuestra ciudad y contra la unidad de acción que supimos conseguir durante tantos años de actividad en conjunto. Fue una grave decisión que pesará, sobre todo, al MST y PTS local, ya que el Partido Obrero oficial no tiene presencia en la ciudad.