Argentinazo: el movimiento piquetero de hace veinte años y de hoy

Escribe El Be

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A 20 años del Argentinazo, un artículo de Télam titulado “Los movimientos sociales, a 20 años del estallido: de los piquetes a la economía popular” entrevistó a dirigentes del Movimiento Evita, Barrios de Pie-Somos, Barrios de Pie-Libres del Sur, el Frente Popular Darío Santillán, la FTV, el MTL y más. Diferentes medios han entrevistado a dirigentes de otras organizaciones, como el MTD o la CCC. El balance que estos dirigentes hacen de aquellas jornadas arroja una luz sobre la situación actual del movimiento piquetero.

La realidad es que los movimientos piqueteros mencionados no fueron protagonistas de aquella jornada histórica por decisión de sus propias direcciones políticas. El que mejor lo describe es el propio Juan Cruz Daffunchio, quien supo encabezar el MTD con raíz en Florencio Varela. “Francamente, la primera reacción que tuve, sobre todo hacia mis compañeros de la organización, fue la de tratar de cuidarlos. Quizás fue un poco juvenil o infantil, llamale como quieras, pero en aquel momento les planteé a mis compañeros: 'miren, de alguna manera hemos sido vanguardia todo este tiempo, está saliendo el pueblo, tengan cuidado, no se hagan cagar a tiros'. Ese fue el razonamiento instintivo que tuve hacia mis compañeros. Incluso, a más de uno intenté retenerlo porque quería ver cómo se configuraba la situación. Fue imposible. A la noche me encontré con compañeros a los que les preguntaba de dónde venían y me decían: 'Vengo de combatir en Plaza de Mayo'. Fue un estallido social muy espontáneo, en un clima como el que se fue generando.”

La actitud del ex líder piquetero -luego funcionario de los K- se asemeja a la de la mayoría de sus pares de otras corrientes. “Una historia del movimiento piquetero”, de Luis Oviedo, explica que “en los días del Argentinazo, el movimiento piquetero vivió la mayor crisis política de su historia. En lugar de reconocer en el levantamiento popular la culminación de una década de luchas del movimiento piquetero y candidatearse abiertamente como una dirección reconocida del levantamiento popular, una parte de la Asamblea Nacional Piquetera (más precisamente, su dirección, el FTV-CTA y la CCC) le dio la espalda”. El boicot de casi todas las organizaciones piqueteras a la movilización que habían convocado, con mucha antelación, para el 20 de Diciembre (sin saber, por supuesto, de lo que sobrevendría en aquella jornada) decantó luego en un pacto con el gobierno de Rodríguez Saa, primero, y con el de Duhalde después. Con la llegada de los Kirchner al poder, la integración al Estado sería completa.

La izquierda no fue entrevistada como “protagonista” del 20 de diciembre. La mayor parte de ella rechazaba el movimiento piquetero, al que calificaba como 'asistencialismo de izquierda'. El Partido Obrero respondió en su momento que “los que no ven en el movimiento piquetero más que 'duhaldismo de izquierda', no han captado (o han captado demasiado bien) que ningún movimiento 'asistencial' en la historia ha protagonizado puebladas y asambleas populares y, menos todavía, estableció (aún con un carácter tentativo o incompleto) un programa de reorganización social como el planteo de los piqueteros de Cutral-Co y Tartagal-Mosconi de 'meter mano en las petroleras'.” (Christian Rath, “IU no es piquetera”, Prensa Obrera 27 de diciembre del 2000).

Tempranamente, desde 1995, el Partido Obrero levantó un programa de reivindicaciones para los desocupados, y llamaba organizar “comités contra la desocupación”, “asambleas y congresos de trabajadores ocupados y desocupados”. Luego, con el Polo Obrero ya constituido, batalló por impregnar al movimiento piquetero de consignas políticas. Así, la Asamblea Nacional de Trabajadores votó la consigna “Fuera De La Rua-Cavallo”. “El programa de votado en la II Asamblea Nacional Piquetera se destacaba, además, porque planteaba 'reclamar y organizar un paro activo nacional de 36 horas y la huelga general', es decir, establecía un método de lucha común de ocupados y desocupados para derrotar al gobierno e imponer las reivindicaciones.” (Una historia del movimiento piquetero, L. Oviedo). El Polo Obrero y el Partido Obrero ratificaron la marcha prevista para el 20 de diciembre, que defendió contra la represión policial. Cuatro días antes, el pic nic anual del PO, había decidido lanzar la consigna de las Asambleas Populares para apoyar la rebelión que pronosticaba para esa semana (Ver discurso de Jorge Altamira, video del Ojo Obrero ).

Ayer y hoy

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En otra de las entrevistas, el dirigente de la Unión de Trabajadores de la Tierra asegura que “hoy, las perspectivas de los movimientos sociales están marcadas por lograr institucionalizar ciertas victorias populares que fuimos logrando en estas décadas y mantener vivas las demandas por un país más justo e igualitario”. Un dirigente de la UTEP afirma: “En aquel momento no había una propuesta económica y social para nuestro sector, hoy la tenemos con la economía popular”. La rebelión tiene lugar hoy, con el gobierno del ajuste nacional y popular, no en el Argentinazo; por eso la pobreza alcanza a la mitad de los trabajadores. Sabia conclusión de un rentado.

El movimiento de desocupados actual no tiene las mismas características que el de hace veinte años, pero tampoco es lo contrario, como pretenden los dirigentes de UTEP. La “economía popular” es económicamente una estafa y políticamente un mecanismo de cooptación. En los 90, Chiche Duhalde se había encargado de organizar a las “manzaneras”, como recurso de cooptación y para prevenir un movimiento piquetero, que dio sus primeros pasos, a principios de la década, en la huelga general y corte de rutas de los petroleros de Tartagal. El movimiento piquetero del Argentinazo es un producto, en lo fundamental, de la lucha de clase obrera contra las privatizaciones menemistas, como ocurriría luego en Cutral Co-Plaza Huincul, y en numerosas empresas del conurbano. Las movilizaciones piqueteras de 2000/01, pusieron fin a las manzaneras, que en gran parte se transfirieron al nuevo movimiento. El movimiento que, desde el agravamiento de la crisis, ha recogido la continuidad con el de principios de este siglo, es una consecuencia del agravamiento de la desocupación, y se enfrenta a las limitaciones de los miserables subsidios de los gobiernos de turno. O sea, que enfrenta el mismo flagelo capitalista, ahora agravado. El mecanismo de cooptación que ha armado el kirchnerismo y reforzado el macrismo ha fracasado en términos sociales.

La mayoría de los dirigentes entrevistados en relación al 20 aniversario se encuentran hoy integrados al Estado. Desde allí, defienden la 'economía popular', es decir, la explotación del desocupado a cambio, no de un salario convenido con un sindicato, sino de un plan social, la precarización extrema del sistema asalariado. Han lanzado para ello una política de entes ejecutores y estratificación al interior de los desocupados. Se trata de una cuña para quebrar el movimiento piquetero actual.

El hambre y el gobierno obrero

Para el conjunto de organizaciones entrevistadas por Telam la lucha del Argentinazo fue contra la pobreza y el hambre, ignorando que fue el derrumbe de un sistema social y económico y un principio de disolución de las relaciones capitalistas, o sea una crisis de poder. Tampoco advierten ahora la crisis de poder que avanza, por momentos a toda velocidad. Plantean una política asistencial donde es necesaria una política revolucionaria. No es tampoco una crisis nueva – se manifestó en el transcurso de 2002, cuando una corriente asistencialista rompió el Bloque Piquetero Nacional, expulsando de él al Polo Obrero.

En la entrevista, Daffunchio le dice al periodista “Ya que me estás grabando, para los Feinmann, para los sectores medios que tanto se escandalizan por las puebladas populares: si no existiera el nivel de organización social que hay hoy esto ya hubiese volado por el aire hace rato”. Es una idea preponderante entre los dirigentes sociales de hoy; han asumido su función contrarrevolucionaria. La 'lucha contra el hambre' con el propósito de contener la bronca popular. En una reciente entrevista de un medio mendocino, un dirigente del Polo Obrero oficial de esa provincia sostuvo: “La verdad, nosotros somos de gran ayuda para el gobierno provincial y para los municipales. Sin nosotros en los barrios, esta crisis social sería mucho peor...”. Una declaración que se suma a las tantas vertidas en el mismo sentido por Eduardo Belliboni, el dirigente nacional de esa agrupación.

El movimiento piquetero nació como una oposición de clase a la desocupación, al gobierno de la Alianza primero y de Duhalde después, en el marco de una bancarrota política, social y económica del capitalismo – la que no cesa de profundizarse. Tuvo un impacto internacional enorme. “Que se vayan todos”, fue una consigna que el movimiento popular copió en numerosos países. En la situación actual, es fundamental preparar al movimiento piquetero, un movimiento de trabajadores eventuales y changas y de desocupados, a una lucha con el conjunto de los trabajadores por una huelga general. Una nueva Asamblea de ocupados y desocupados, como las de junio y julio de 2001, o sea un Congreso Obrero está en la agenda de la corriente crisis histórica.

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