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Los trabajadores de Branca, con el método de Asamblea, aprobaron levantar el conflicto que venían peleando desde hace varios meses. El desenlace es un triunfo que se ve reflejado en las conquistas que lograron esta última semana. El premio de producción pasó de $12.000 a $28.000, más un bono semestral, un voucher de $60.000 y el adelanto de las dos cuotas de paritarias a fin de este mes.
Los trabajadores vienen organizándose y denunciando una escalada de irregularidades en la Seguridad e Higiene de la empresa. No solo los accidentes laborales por estas irregularidades, sino también las amenazas recibidas por parte del jefe de este sector, ante las cuales los trabajadores repudiaron dicho accionar y llamaron a estar en alerta, responder con contundencia y exigir la renuncia del Jefe, todo esto en el marco de asambleas y votos de los trabajadores en dichas resoluciones.
Por otro lado, además de la gran lucha que impusieron por un salario que pueda hacerle frente a la inflación, los trabajadores unánimemente votaron en asamblea ir a una huelga hasta que dicho reclamo sea escuchado. La clase trabajadora viene sufriendo las consecuencias de una inflación imparable. En el marco de los dos años extraordinarios de ventas de la empresa, la patronal se negaba a otorgarles un aumento. Las ofertas eran ridículas y el plan de flexibilización laboral planteaba una reducción de personal. Ante semejante panorama, los trabajadores de Branca se organizaron, defendiendo las condiciones de vida y las reivindicaciones conquistadas en años de lucha.
La retención de tareas se pone en marcha por tiempo indeterminado, hasta que la empresa dé soluciones a los reclamos que hace tiempo niegan e intentan dilatar. Las demandas de los trabajadores que presentaron al Ministerio de Trabajo fueron: los problemas de seguridad e higiene y estructurales, los cuales serían el devenir de accidentes y/o problemas de salud en los trabajadores. Así también se reclamó una recomposición salarial y el pago semestral de boucher de mercadería, ante el deterioro salarial. El pase a planta de todos los trabajadores que están por agencia, ya que hay puestos que cubrir y es un reclamo histórico que vienen realizando. La medida de fuerza, al extenderse, provocará desabastecimiento.
En este marco de reclamos, el gerente de RRHH realizó un hecho repudiable, criminal y claramente intimidatorio ante un delegado. Tiró su auto encima del trabajador que estaba en la entrada del portón principal, siendo que había un portón liberado para que ellos pudieran ingresar. Los trabajadores no se doblegan, llevan su reclamo ahora a la colectora ramal Pilar. El tercer día de lucha con presencia en los portones de la fábrica y el desabastecimiento ya es un hecho irremediable. Ante este conflicto el Ministerio de trabajo cita a los delegados a una audiencia. La fábrica se encuentra en conciliación obligatoria, pero esto no es motivo para abandonar la lucha, ya que la patronal echa a un trabajador contratado por agencia. Este ataque es un adoctrinamiento por parte de la patronal para los compañeros que están en esa situación, para que no reclamen su derecho a un trabajo estable. Ante esta situación los trabajadores de Branca exigen la reincorporación del compañero.
Finalizada la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo provincial, la patronal avanza con maniobras y amenazas a los trabajadores que realizan sus tareas en las líneas de producción. Los compañeros se niegan a realizar tareas que ponen en riesgo su integridad física. Tanto los encargados como los supervisores pasan por alto la orden que estableció el Ministerio. La producción se ve afectada, y aun así la patronal intenta quebrar la unión que vienen demostrando los trabajadores organizados. Los aprietes y amenazas por parte de los jefes de producción llegaron al extremo, poniendo en riesgo la salud de un trabajador que sufrió un ataque asmático ante la presión y los nervios generados por la discusión. Estos ataques corresponden a la negativa de los trabajadores a realizar tareas insalubres. La patronal buscó por todos los medios castigar a los trabajadores que reclaman por condiciones de trabajo seguro, salarios dignos y la efectivización de los tercerizados, quienes son víctimas de la precarización laboral. Todo esto es una pequeña muestra de las medidas que van a tomar las grandes empresas para hacer pasar el plan de flexibilización laboral, que va de la mano con los acuerdos que exige el Fondo Monetario Internacional. Mientras los trabajadores de Branca libraban esta batalla, la CGT fogoneaba el acuerdo con el FMI; los burócratas de la CGT son la columna vertebral del pacto con el capital financiero internacional para llevar adelante en todos los lugares de trabajo la reforma laboral que exige el FMI, los recortes salariales, devaluación y liquidación de conquistas laborales.
Aun así, la lucha por la reincorporación de los trabajadores de agencia no terminó.
Por eso llamamos a seguir este ejemplo y organizarnos en asambleas en nuestros lugares de trabajo ante los atropellos de la patronal, impulsando las reivindicaciones inmediatas de la clase obrera y sus conquistas históricas.