Tapa

Un 2022 caliente

Nota de tapa de Política Obrera N°34

Tiempo de lectura: 1 minuto

El año que termina anticipa un año 2022 lleno de desafíos para los trabajadores.

La cercanía del acuerdo con el FMI abrió la puerta de una carestía todavía superior a la del pasado reciente.

Otra vez suben la carne y todos los alimentos, la tarifa del gas y los impuestos que deberán pagar los trabajadores. La liberación de precios y tarifas es una de las prendas que reclama el capital internacional. Esa “libertad” también es exigida por la megaminería que rechazan poblaciones enteras.

Pero la respuesta a esta confiscación tampoco esperó al 2022: lo demuestran la rebelión del pueblo de Chubut, las luchas de la salud, de los trabajadores de Branca y otras fábricas por el salario.

En medio de estos choques, el régimen político y social que nos llevó al desastre muestra, por un lado, su aguda descomposición. Y del otro, el inmovilismo más completo.

Mientras estalla una “guerra de servicios”, que desnuda a espías de todas las grietas y a fascistas confesos, la legislatura bonaerense se prepara para votar la reelección a perpetuidad de sus intendentes.

El régimen del 50% de pobreza y 30% de desocupación apunta al pejotismo para dominar a los barrios. Esos barrios donde, mal que les pese a los punteros, la lucha piquetera ha echado raíces.

El año “caliente” que viene necesita que discutamos un rumbo por el salario, por el derecho al trabajo, por la salida a una crisis vertebral que sólo puede provenir de la clase obrera en el gobierno y en el poder político del Estado. ¡Trabajemos desde hoy mismo por esta perspectiva!

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