Chile: dos millones de proletarias contra el gobierno

Escribe Javiera Sarraz

Tiempo de lectura: 5 minutos

El domingo 8 de marzo, 2 millones de chilenas y chilenos se movilizaron sólo en Santiago, y 3 millones y medio en todo el país. Durante la manifestación hubo centenares de enfrentamiento contra la represión, cobrando en Santiago un saldo de 65 detenidos, 12 heridos oficiales que debieron recibir atención hospitalaria, y 78 pacos lesionados. La operatividad de la represión estuvo a cargo de la generala Berta Robles, quien a primera hora de la mañana inició en la capital un despliegue de 1000 pacas, a las que se le sumaron otros cientos con el desarrollo de la manifestación.

Bajo el mando de Robles, el régimen, o sea el gobierno y la oposición, se jugaba una maniobra ideológica mucho más elaborada que con la promulgación de la Ley Gabriela , pues unos días antes del 8M, Robles declaraba a la prensa que, aunque sin ser feminista, se sentía identificada con el feminismo, y que desde esa "esencia", como mujer, le resultaba triste pensar que podía recibir violencia de las manifestantes.

Esta anécdota de “la paca general con perspectiva de género” respondida luego con repudios, expulsiones, y enfrentamientos por parte de las manifestantes de la convocatoria, encierra un exquisito resumen de las contradicciones en las que desenvuelve el movimiento de mujeres en Chile, y la tendencia general hacia la que avanza. Para hacer un balance político del 8M chileno, hay que deshacerse de absolutismos y esquemas, lo que para el caso significan algunas clarificaciones.

Las reivindicaciones

Medularmente, el crédito por la reivindicación más sentida del movimiento de mujeres en Chile no es del feminismo. El reclamo de juicio y castigo a la violencia sexual tiene inclusive más importancia que el del Aborto Legal, y se inscribe en la lucha del conjunto de los trabajadores contra la violencia generalizada del Estado, que ha cobrado centenares de violaciones a los DDHH y decenas de asesinatos.

El concepto feminista de que la violencia y la violencia sexual son fruto del antagonismo entre los sexos y no un producto del régimen de clases, funciona como un agente de confusión dentro del movimiento de mujeres, porque desvía o intenta desviar la furia de las trabajadoras hacia los hombres de su propia clase, escondiendo que cuando uno de ellos ejerce violencia contra una de nosotras, lo hace como agente ideológico del verdadero responsable, el Capital; que con su doctrina de disciplinamiento, desprecio y odio, busca garantizar nuestro rol de reproductoras y cuidadoras de la fuerza de trabajo, y defensoras de la propiedad privada al interior de la familia. A la vanguardia de las reivindicaciones se encuentran las amas de casa y otras proletarias que, en la línea de la lucha contra la miseria y la injusticia, luchan por el trabajo, la vivienda, la maternidad digna, y contra la violencia sexual al interior de los hogares.

El separatismo

A las convocatorias del domingo y el lunes fueron compañeros organizados en columnas o de manera independiente, y algunos de ellos también se encuentran entre la lista de heridos por enfrentamientos. Sin embargo, las separatistas expulsaron en el desarrollo de la movilización a muchos de ellos. Como contrarrevolucionarias que son, varios días antes del 8M promovieron una uelga en la que sólo las mujeres podían parar, y dónde los hombres debían reemplazarlas en sus tareas productivas, o lo que es lo mismo, promovieron la superexplotación de sus compañeros y con ello, se transformaban en unas rompe huelga. Esto es lo que ocurre cuando el feminismo, como agente del régimen, suplanta la lucha de clases por la lucha de sexos, y en esa suplantación, la llamada "transversalidad del movimiento de mujeres" se transforma en un eufemismo de la conciliación de clases.

Entonces ¿el feminismo fue representativo del movimiento de mujeres?

Ojo, porque el separatismo no sólo es expulsivo de los hombres de nuestra clase, sino que también de la mayoría de las mujeres trabajadoras. Recordemos que en el periodo de constitución de algunas Asambleas Populares, se formaron "Comisiones de Género" que funcionaban como orgánicas aparte, elaborando sus propios protocolos contra el acoso y la violencia, sin discutirlos jamás con el conjunto de la Asamblea, ni siquiera para convencerla. Estas comisiones estaban compuestas en su mayoría por chicas jóvenes feministas, que en general, no representaban a las trabajadoras más empobrecidas y/o de más edad, que sin embargo, al interior de los barrios desempeñaban tareas que llamaríamos "piqueteras".

En la preparación de la movilización, tampoco fueron el factor organizador. Sino, que nos digan a cuántas de esas dos millones de mujeres organizaron previamente en barrios y lugares de trabajo, porque inclusive suponiendo que entre las filas proletarias hay miles de mujeres que simpatizan con el feminismo, en el contexto de una ofensiva de los trabajadores en la lucha de clases, simpatizar no equivale a la voluntad de organizarse ahí.

El feminismo es representativo principalmente de la pequeño burguesía tradicional y las primeras y futuras generaciones universitarias. Entonces, ¿dónde carajo se organizan esas millones de mujeres? La atención y responsabilidad de cualquier revolucionaria/o socialista debería estar ahí, sobre esas valiosísimas trabajadoras que también llenaron la Plaza Dignidad y que el feminismo no organiza.

¿Qué fue el 8M en Chile?

En lo económico, y pese a que la burocracia de la CUT no garantizó la Huelga General del 8 y el 9, algunos sectores como los empleados fiscales, la salud, y la educación, sí paralizaron sus tareas.

En lo político, recordemos que el 8M del 2019 tuvo una convocatoria de 400 mil mujeres en Santiago, y 800 mil en todo el país. ¿Qué pasó este año entonces? ¿El feminismo habrá militado 24x7 durante un año para quintuplicar su influencia en la capital? Lo que vimos el domingo no fue un hito aislado del proceso revolucionario en desarrollo, porque este año la línea organizadora de la manifestación fueron las consignas Fuera Piñera y Asamblea Constituyente Libre y Soberana votadas en el Encuentro Plurinacional de Mujeres, y aunque la Coordinadora Feminista 8M a favor al lobby separatista las omitió en la prensa cada vez que pudo, estuvieron presentes en miles de pancartas y cánticos. Esto también se vio expresado cuando centenares de manifestantes llegaron al frontis del Palacio de La Moneda dónde también se registraron enfrentamientos contra la represión.

Así que, es imposible suponer que no hay filtraciones del régimen en el interior del movimiento de mujeres, pero también es equivocado pensar que estas filtraciones se encuentran absolutamente consumadas. El feminismo se mueve donde una dirección revolucionaria y socialista no ha estado presente; pero hay en todo caso, un fabuloso panorama en el que están todas las condiciones para que surgiendo esa dirección, pueda llegar ya no sólo a millones de mujeres, sino que también al conjunto de la clase obrera, la verdadera partera de esta jornada de lucha y combate en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Eso es en el fondo, lo que esconde una convocatoria con asistencia récord marcada por banderas violetas, que sin embargo, enfrentó a las pacas para gritarles que son el aparato represivo y por tanto, que no son compañeras; y nuestra tarea es ir a debatir y clarificar las confusiones y desviaciones, y avanzar en las luchas y victorias que como nunca son posibles en Chile.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera