Acindar y las tercerizadas

Escribe Juan Ferro

Un gran desafío para una conducción gremial.

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La patronal de Acindar, perteneciente a la multinacional Arcelor Mittal, anunció a fines del año pasado un plan de inversiones por 200 millones de dólares para aumentar su capacidad de producción en el mercado local y en su nivel de exportaciones.

Este plan de inversiones en boca de los CEO que hoy dirigen la planta es para “mejorar la capacidad productiva y logística para aumentar la eficiencia en el abastecimiento del mercado local e incrementar la competitividad para crecer en materia de exportaciones”.

El corazón del plan de inversiones de Acindar está basado en la implementación de un sistema de trabajo donde prima el abaratamiento de su mano de obra. Acindar es el paraíso de la tercerización laboral, y por este procedimiento incrementa sus enormes ganancias. De los más de dos mil obreros que se desempeñan en la planta de Villa Constitución, sólo la mitad de ellos son trabajadores permanentes de planta. El resto se desempeña en un reparto de varias decenas de empresas contratistas que realizan trabajos similares a los de planta, pero en un esquema de salarios inferiores y también con un sistema de premios inferiores.

A las más de treinta contratistas encuadradas en la UOM hay que sumarle seis contratistas encuadradas en la UOCRA que perciben salarios y premios inferiores a la de las contratistas metalúrgicas. Acindar de este modo desarrolla una actividad con trabajadores de “primera” (los de planta permanente), de “segunda” (los de las empresas contratistas de la UOM) y de “tercera” (los de la UOCRA). Esta enorme diferenciación salarial es el corazón de sus enormes ganancias y la base de sus planes de inversión.

El proceso de tercerizaciones en Acindar comenzó con la dictadura y se consolidó con el menemismo. Tiene como uno de los principales responsables al Secretariado Nacional de la UOM, que en nombre de no perder puestos de trabajo fue aceptando paulatinamente una brutal diferenciación salarial en las plantas siderúrgicas y también el incumplimiento del propio convenio de la UOM.

En las más de treinta tercerizadas metalúrgicas de Acindar, hay siete distintos premios de presentismo, y distintos premios de producción. Acindar además utiliza estas tercerizadas como variable de ajuste antes las caídas de producción, rescindiendo contratos con algunas así “formalmente” no hay despidos en el personal permanente, pues la comisión interna y los delegados no lo permiten, pero la empresa utiliza las tercerizadas como salida a cualquier caída de la producción.

Las distintas directivas seccionales han dejado correr esta brutal diferenciación salarial, pero la gestión de la actual directiva seccional abiertamente encuadrada en el Secretariado de la UOM ha ido mucho más lejos en la entrega. Ante el bono anual que tenían las contratistas -inferior a los que recibían los trabajadores de planta, pero bono al fin- la directiva le aceptó a la empresa atar ese bono a la producción, con lo que se produjeron brutales recortes al mismo, fundamentalmente en la pandemia. Los delegados de las contratistas señalan que han tenido una pérdida del 30% en promedio de sus salarios en relación a los efectivos y reclaman la unificación de un recibo de sueldos único para todas las empresas, pues abundan las violaciones del propio convenio de la UOM. Esto es aún mas grave en las contratistas permanentes de la UOCRA. Trasladado al campo gremial, hoy la planta tiene una comisión interna y un cuerpo de delegados del personal de planta permanente, y las contratistas tienen otro cuerpo de delegados y otra comisión interna. Por otra parte las contratistas de UOCRA actúan con pocos delegados ligados a su dirección seccional, encuadrada con Gerardo Martínez.

La proximidad de las elecciones seccionales plantea como uno de los aspectos centrales para una nueva conducción quebrar este sistema de diferenciaciones salariales que dividen a los trabajadores y les permiten fenomenales ganancias a la empresa.

La cuestión de terminar con el festival de tercerizadas y del pase a planta de las tercerizadas de la UOM debe ser parte fundamental del programa de la nueva conducción.

En oportunidad de las grandes luchas que se libraron contra las tercerizaciones en el ferrocarril y que costaron la muerte de Mariano Ferreyra, se pudo desmantelar decenas de tercerizadas que hacían, con salarios de hambre, las tareas de los ferroviarios. Por otra parte, en el Subte, merced a una importante lucha que llevó varios meses, se logró pasar a planta permanente todo el personal de limpieza de estaciones que también estaba a cargo de tercerizadas que ni siquiera cumplían las seis horas por trabajo insalubre. Por lo tanto, la lucha por el pase a planta no es imposible y se debe desarrollar una campaña para lograrlo

En Acindar todas las tercerizadas de la UOM deben pasar a planta permanente, estableciendo un criterio elemental para la clase obrera de igual trabajo igual salario. Las tercerizadas de la UOCRA que trabajan en forma permanente en Acindar también deben pasar a convenio UOM y a planta permanente, quedando sólo como tercerizadas aquellas empresas que deben realizar obras civiles dentro de planta. Quebrar el festival de tercerizaciones de Acindar será, además de un enorme beneficio para los trabajadores de Villa Constitucion. Una contribución a las luchas de la clase obrera.

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