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Como una continuidad del “Chubutazo”, el “Atlanticazo” constituye la expresión de un movimiento de rebelión contra las concesiones petroleras sobre el Mar Argentino realizadas por el ex presidente Mauricio Macri y ahora defendidas por el actual gobierno nacional. Ciertas coordinaciones, como la “Asamblea Por un Mar Libre de Petroleras” y la “Coordinadora BFS” (Basta de Falsas Soluciones), dieron como resultado importantes movilizaciones en Mar del Plata y en más de veinte puntos del país el 4 de enero.
Frente a esto, el disciplinamiento partidario y la respuesta del gobierno nacional llegaron rápidamente. Una de las primeras medidas fue el intento -malogrado- de silenciar las voces críticas de la propia tropa. Así se pusieron en funcionamiento los “mecanismos de disuasión” para evitar que continuara circulando a través de redes sociales el audio de una experta en el tema. La posición de Cristina Huwiler sin embargo, fue expresada a través de un artículo de su autoría en la Revista Critica
Huwiler trabajó 18 años en YPF Varela siendo precisamente allí donde se descubrió Vaca Muerta y se decidió llevar a cabo el primer fracking, en 1988. En su artículo, la ingeniera ambiental y en petróleo, explica que el tipo de petróleo que puede estar encapsulado en el Mar Argentino frente a la Costa Atlántica de la Provincia de Buenos Aires ya había sido absolutamente descartado por los geólogos de YPF Varela porque se encuentra en un fondo rocoso. No obstante, si llegara a haber petróleo -afirma-, sería del tipo no convencional, parecido al de Vaca Muerta; y la única manera de extraerlo es con fracking. Taladrando ese fondo rocoso que traerá, como se sabe, imprevisibles consecuencias ambientales. Pero lo que más preocupa a los “nacionales y populares” son las implicancias económicas y políticas que Huwiler deja en claro.
“Sacar el petróleo no convencional en Vaca Muerta sale 2 dólares por barril y nosotros estamos subsidiando todas las petroleras a 7 dólares por barriles en boca de pozo”. Se pregunta entonces: “si la perforación sale 7 dólares el barril en un yacimiento como Vaca Muerta, ¿Cuánto puede salir offshore adentro del mar? ¿Y cuánto van a pedir las petroleras para subsidio? Si en Vaca Muerta, que les cuesta 2 dólares, se lo pagamos a 7, ¿Cuánto subsidio por barril van a pedir por el petróleo no convencional offshore?”. A esto hay que agregar, continúa, que el petróleo no convencional no sirve para nuestra destilería; “el único que sirve para nuestra destilería es el petróleo convencional. Para que el petróleo no convencional sirva para nuestras destilerías hay que mezclarlo con otro petróleo que viene de afuera; entonces mezclan el petróleo liviano y el petróleo pesado y se obtiene un petróleo intermedio con el API que necesitan nuestras destilerías”. Es decir que este petróleo no convencional solo interesa como commodities de exportación y su única finalidad es la de traer dólares.
Finalmente, la ingeniera hace una propuesta audaz: para que la explotación petrolera esté al servicio del pueblo hay que reutilizar los pozos cerrados que ya están presurizados. “Yo no estoy en contra de la explotación petrolera, quiero volver al petróleo convencional para que pueda ser craqueado acá. Para terminar con el curro este de la exportación por commodities y para ponerle valor local, que lo hace nuestra destilería La Plata. No es solamente un tema de impacto ambiental, es un tema que puede ser de saqueo”. “Que en el 2022 haya lucha, haya resistencia”. Son las últimas palabras del audio de Huwiler.
A nivel gubernamental, la pelea detrás del decreto de exploración petrolera tuvo su expresión en la tensión protagonizada entre Cabandié y el secretario de Energía por la negativa de ambos a aparecer como portavoces del proyecto oficial; hecho que disparó la intervención del jefe de gabinete, Juan Manzur, para ordenar el frente interno. Luego de la reunión ministerial, funcionarios de ambiente, energía y producción, salieron a defender la exploración y explotación off shore en los medios de comunicación. Paralelamente, desde la cartera de Matías Kulfas, se promovió una campaña en las redes sociales en la que para avalar la resolución gubernamental, se utilizó como máxima autoridad en estos temas al IAPG (Instituto Argentino de Petróleo y Gas); un ente creado y financiado por las grandes corporaciones petroleras transnacionales como Shell, Chevron, Exxomovil y Total.
El fastidio en el gobierno continuó más allá de lo que pareció ser el restablecimiento del orden en la coalición oficial al detectarse que sectores del Frente de Todos, como el Movimiento Evita y funcionarios nacionales, habían sido convocantes del “Atlanticazo”, y que lo mismo había sucedido en Chubut (elDiarioAr, 6/1).
En la órbita provincial, fue el propio gobernador Axel Kicillof quien salió con declaraciones públicas a apoyar la decisión del gobierno nacional. Esto le valió un escrache en Miramar por el que terminó huyendo en un helicóptero sin dar respuestas a los vecinos que se habían autoconvocado para reclamarle que desmienta lo sostenido días atrás cuando afirmó la falacia de que “prácticamente es imposible que haya derrames”.
Recientemente, una edil marplatense del Frente de Todos se pronunció contra la resolución presidencial y cruzó además al intendente Guillermo Montenegro (JxC) calificando de “oportunismo y demagogia” la presentación que éste hiciera de un recurso de amparo para declarar la nulidad de la resolución nacional que permite la exploración petrolera en la costa marplatense.
En paralelo, concentraciones, marchas, nuevas asambleas, cortes de rutas, intervenciones artísticas y un festival, ya están en desarrollo y calendarizados para todo el mes de enero y el próximo martes 18 se realiza una nueva movilización. El movimiento de rebelión se va extendiendo y concitando el apoyo y participación de nuevos sectores y activistas. En los últimos días ha tomado estado público la campaña “#Mira”, impulsada por más de 300 científicos, artistas, escritores, periodistas, músicos y directores de cine y unas 70 organizaciones sociales, a través de la cual se convoca a recoger firmas y se cuestiona “la narrativa oficial de que la explotación hidrocarburifera es la única opción que salvará a la Argentina de la pobreza y de sus compromisos externos” (La Nación, 12/1).
A fines de la semana pasada en paralelo con los cortes simultáneos de rutas, tuvo lugar además la reunión de Global Coastline Rebellion en la que se resolvió desenvolver una acción colectiva internacional para los primeros días de febrero. El encuentro agrupó activistas de las asambleas de Mar del Plata y de países como Alemania, Italia, Nigeria, entre otros. Fueron participantes organizaciones como Extinction Rebellion (XR) de Noruega y Sudáfrica y Shelll Must Fall de Países Bajos. Política Obrera participó colocando la perspectiva socialista.
El gobierno de los Fernández tiene por delante una dura batalla política. En medio de la polémica pública desatada por la autorización de la exploración petrolera offshore por parte de las empresas Equinor, Shell e YPF precisa ordenar la propia tropa, enfrentar las constantes movilizaciones, el asedio de la justicia -que ha concedido medidas cautelares para el cese/suspensión de las actividades de exploración sísmica y explotación petrolera-, y los aprietes del FMI que acaba de pedir un ajuste del 1% más del PBI para el 2023.
El fantasma del “Chubutazo” que implicó el triunfo de las masas movilizadas por la derogación de la zonificación minera, se cierne sobre la Costa Atlántica y el país. Aunque es sin dudas un proceso abierto, el “Atlanticazo” compromete un proyecto clave para el gobierno de los “nacionales y populares” empeñado en un acuerdo con el FMI y en utilizar los dólares de la explotación petrolera para el repago de deuda a los mismos fondos que integran las tres empresas que llevaran a cabo la exploración y explotación off shore.
Queda claro que no hay aquí ningún beneficio para las mayorías trabajadoras que han sido lanzadas a la subsistencia por un régimen político en decadencia y un capitalismo en descomposición. La lucha por el socialismo se ha convertido más que nunca en una tarea estrictamente vital.
Colaboración periodística y de enlace internacional: Valeria Mendonca Pina y Agustina Vaccaroni