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Durante la semana se viralizó un llamado desesperado del personal de enfermería de la Maternidad dando cuenta de que “ya no pueden más”, refiriéndose a las condiciones de trabajo, los bajos salarios y los atropellos que sufren de parte de las autoridades. Este viernes concretaron una autoconvocatoria que reunió a 50 enfermeros, a los que se sumaron familiares de pacientes. Allí realizaron una asamblea y un corte de la avenida Mate de Luna. Ante los medios hicieron oír sus reclamos. El delegado Raúl Barrionuevo, del Hospital del Carmen, se hizo presente e intervino planteando la necesidad de una lucha de conjunto y para ello la necesidad de que se convoque a una interhospitalaria con mandatos.
La situación que denuncia el personal de la Maternidad es generalizada en todos los centros de salud. La situación de la pandemia está completamente fuera de control. El piso de contagios diarios se elevado a un promedio de 5.500 casos diarios registrados, pero según informan las propias fuentes del SIPROSA (sistema provincial de Salud), esas cifras se deben triplicar, por los contagiados asintomáticos y por la falta de testeo, dado que se ha llegado a extremo de no testear a los contactos estrechos o a los que tengan menos de 50 años, cuando precisamente la variante que se ha impuesto en la provincia en un 80% es la ómicron, que contagia precisamente a las personas de menos edad, a los niños y embarazadas, que eran menos afectados por las variantes que prevalecieron en la primera y segunda ola. Todas estas disposiciones la han justificado por la situación de desborde en los centros de testeos. En lugar de abrir más centros, de ocupar más personal y capacitarlos, han decidido cortar por sano, recortando el acceso a ese recurso a miles de personas.
Igualmente, la situación es tan desbordante que los centros de testeos que funcionan en la provincia no cuentan con el personal suficiente para una atención adecuada. Vaya el caso de lo que ocurre en el Hospital del Carmen donde hay 6 trabajadores realizando esta tarea y en menos de una semana, de realizar 300 testeos diarios pasaron a 1.000.
De conjunto, la carencia de personal afecta a todos los centros de salud. En estos dos años sufrió una importante reducción ya sea por fallecimientos, por licencias por secuelas post covid19 o por renuncias, a lo que ahora, en enero, se suman otros 300 trabajadores de la salud con covid19. A gran parte del personal se les ha levantado las vacaciones, las licencias y el sobretrabajo es la norma general.
En paralelo, de manera creciente, se van ocupando las UTI (terapias intensivas), y en diversos centros debido a la carencia de personal y el crecimiento de los contagios, se van cerrando los consultorios externos, se postergan las cirugías programadas por otras dolencias, etc. Todo esto impacta no solo en el personal que queda trabajando sino en la atención de la salud de la población que se ve directamente afectada.
En este cuadro el gobierno de Jaldo viene realizando declaraciones demagógicas y dio inicio una ronda de reuniones con todos los gremios de la salud. En ese contexto anunció el pago de un bono de 10 mil pesos que se cobraría en febrero.
Con este escenario la conducción del SITAS (integrada al FESPROSA) declaró que veían como positivo la posición de “dialogo” del gobierno cuestión que no pasaba ni con Manzur ni con la Ministra Chalha y presentó una serie de peticiones: que se revea la ley de carrera sanitaria y que la discusión salarial sean en febrero en paralelo a la del sector docentes.
Esta postura conciliatoria con el gobierno es inconciliable con la situación de los trabajadores de la salud. La conducción del SITAS se reúne con el gobierno pero se rehusa a convocar a una interhospitalaria. Es necesaria una campaña para arrancar su convocatoria. Por asambleas que voten el reclamo de una interhospitalaria con mandatos y el pliego de reclamos: aumento de emergencia que cubra el desfasaje salarial del 2020-21, por la convocatoria a paritarias con paritarios electos y mandatados, por un salario que cubra el costo de la canasta familiar, por la incorporación a planta del personal precarizado, por mayor personal incorporando a los residentes y rotarios.
