Discurso de Jorge Altamira en la manifestación de protesta por las condenas contra los manifestantes detenidos en la movilización del 11 de Julio del año pasado.
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“Compañeras, compañeros, buenas tardes.
He participado en mi vida en muchas manifestaciones pero nunca me imaginé que iba a participar en una manifestación como ésta, por una circunstancia especial.
Como ustedes pueden ver, esta movilización de protesta por el encarcelamiento y enjuiciamiento a aquellos trabajadores y trabajadoras de Cuba que protestaron contra la miseria, contra el hambre, contra los bajos salarios, contra la inflación hace un par de meses atrás, se encuentra vallada. Es un operativo absolutamente espectacular.
Del otro lado de la calle, un grupo de stalinistas que ahora comulga con el kirchnerismo, y cuando digo stalinistas no me refiero sólo a gente que apoyó la dictadura criminal de Stalin, me refiero también al aparato del Partido Comunista que propició y llevó adelante la restauración del capitalismo en la Unión Soviética creada por la Revolución de Octubre. Aquel sector no tiene vallas. Como viene a apoyar la represión, como viene a apoyar los encarcelamientos, como viene a apoyar la arbitrariedad estatal contra los que han manifestado el 11J pasado, tienen acceso libre a la puerta de la embajada cubana.
Ahora, ¿por qué tienen acceso libre? Porque alguien los autorizó. ¿Quién puede autorizar que un grupo de ciudadanos y trabajadores como nosotros enfrentemos un vallado y otro grupo, con posiciones antagónicas a las nuestras, y por sobre todo con una trayectoria antagónica a la nuestra, porque nosotros nunca apoyamos la Unión Democrática, la Revolución Libertadora, el golpe militar de Videla, nunca apoyamos todo eso, sí lo pueda hacer? Pero entonces, ¿quién autoriza esto de que unos pueden manifestar y otros no pueden manifestar?
Dos personas. Una se llama Horacio Rodríguez Larreta. El embajador de Cuba ha encontrado un nuevo aliado, el pelado más gorila de América Latina, el que gobernó directamente como agente de los yankys en la Argentina, el que desvalijó la Argentina. Uno de los responsables principales de la terrible crisis que vivimos ahora, ese que ahora va a salir en los diarios diciendo "Nosotros estamos por la democracia en Cuba". Seguro que va a salir. Estará a favor de la democracia en Cuba, pero a los que van a apoyar la represión en Cuba no les puso una valla y a nosotros que luchamos por un gobierno de trabajadores, por la democracia, por el socialismo en Cuba y en América Latina, nos ha puesto una valla. Tienen como aliados al gorilaje. Yo comentaba hace un rato que si hubiera sido al revés y les ponen una valla a ellos y nos sacan la valla a nosotros, me iba. Me iba porque lo iba a vivir como una injuria. Lo decía en un comentario entre compañeros.
Esto retrata fantásticamente las situaciones. Porque el otro responsable, más allá de la Policía de la Ciudad, que acá tenemos a la Policía de la Ciudad, en la otra parte del operativo está también la Policía Federal. El Ministro de Seguridad, el 'demócrata' Aníbal Fernández, aquel que estaba en el gobierno de la Provincia de Buenos Aires cuando mataron a Kosteki y Santillán, y el que estaba como Ministro de Seguridad e Interior cuando mataron a nuestro compañero Mariano Ferreyra. ¡Porque el hombre tiene su pergamino! Con ese pergamino dijo 'No me voy a quedar ausente de la represión en Cuba. Yo reprimo en Argentina, tengo que ser solidario con los que reprimen en Cuba. Además tengo todo un pergamino en eso, mientras le cuento al pueblo argentino que soy nacional y popular'.
Tenemos juntas a las dos policías, lo único que hacía falta es que estuviera Berni bajando de un helicóptero en nombre de la Bonaerense y ahí teníamos cartón lleno.
Este solo hecho en el día de hoy, este cuadro, este retrato, esta imagen, explica por qué nosotros estamos acá, siempre del lado de los luchadores, siempre del lado de las causas populares, siempre del lado de los mejores intereses del pueblo y de la democracia, siempre. Nosotros estamos acá por una razón fundamental. Porque América Latina entera está protagonizando rebeliones como las que ocurrieron en Cuba el 11J pasado. Hemos estado al lado de la rebelión chilena, de la rebelión ecuatoriana, hemos estado en contra del golpe fascista en Bolivia y por el derrocamiento de las Áñez y de los Camacho. Hemos movilizado contra Bolsonaro, nos hemos movilizado y hemos hecho una campaña en defensa del pueblo colombiano, que durante meses protagonizó una rebelión popular, ni qué decir de las enormes movilizaciones que en lo peor de la pandemia se desarrollaron en Estados Unidos contra la brutalidad policial.
Muchos argentinos no se dan cuenta, pero si no fuera por esos negros y por otros que no son negros, que lucharon contra la brutalidad policial en Estados Unidos, hoy tendríamos a Trump como presidente de EE. UU. y por lo tanto hasta podríamos tener a Macri y a Bolsonaro reforzados por los EE. UU. Hay que agradecerle al pueblo de EE. UU. la lucha que está librando, como hay que agradecerle a los obreros, a las enfermeras, a los médicos, a los ambulancistas de EE. UU., a las maestras y los maestros, profesores y profesoras de EE. UU. por luchar en defensa de la salud y la vida de su pueblo, oponiéndose a una presencialidad que favorece a los intereses económicos de las patronales de la educación y de las patronales en general.
En este cuadro defendemos la rebelión del pueblo de Cuba, que ha asistido nada más y nada menos que a un Rodrigazo; claro que lo defendemos. Si el gobierno de Cuba quisiera hacer honor a la revolución cubana tendría que haber abierto una deliberación con los manifestantes, un debate público, abierto, porque es claro que si tuvo que llegar a un Rodrigazo es porque está llevando a Cuba al derrumbe, y hay un pueblo que está diciendo 'no, la revolución cubana no se hizo aquí, a noventa millas de Miami, para que nos caguen con un Rodrigazo'.
Toda crisis plantea una lucha política, por lo tanto los juicios en Cuba tienen que ser públicos. No podemos aceptar la versión de los acontecimientos que ofrece el aparato estatal. Queremos conocer la versión de los acontecimientos de los chicos de 16 años, de las madres empobrecidas, de los trabajadores que participaron en esas movilizaciones desde los barrios más humildes de los distintos territorios en Cuba, no sólo de la Habana, me refiero del Oriente y de otros lugares. Juicios públicos. Si efectivamente son agentes del imperialismo y fueron instalados ahí para sabotear causas justas, eso va a quedar en evidencia a través de un juicio público. Nosotros, los socialistas, somos fanáticos de los juicios públicos, quizá de puro omnipotentes, porque podemos pecar de omnipotencia. Pero somos fanáticos porque sabemos que en una discusión política vamos a demostrar que tenemos la razón y si fuéramos el gobierno de Cuba los estaríamos juzgando públicamente en sesiones televisivas para que la ciudadanía de Cuba juzgue quién tiene razón, si el acusador o el acusado, el luchador o el que lo reprime. Es un derecho elemental.
Todo eso reclamamos en esta movilización. Si no lo hiciéramos estaríamos jugando un papel derrotista en las rebeliones populares en América latina y dando una mala señal, cosa que nuestra corriente jamás dará, a la rebelión popular que se aproxima en la Argentina que también va en camino a la hiperinflación y al rodrigazo, encima de la miseria que ya existe en este país y del total impasse en el que se encuentra el gobierno.
Por otro lado, qué nos dice la experiencia, los hechos, no el verso. El stalinismo reprimió en la Unión Soviética. ¿Defendió por eso al socialismo? No. Ellos restauraron el capitalismo. El Partido Comunista de China reprimió las gloriosas manifestaciones de la Plaza de Tiananmen en 1989, ¿para defender el socialismo contra los capitalistas jóvenes que desfilaban ahí? No. Hoy China ocupa un lugar preponderante en el capitalismo mundial. No defendían el socialismo. No hay ningún caso de defensa del socialismo por la vía del aparato estatal. El socialismo lo defienden los pueblos o no lo defiende nadie. Lo defiende el interés popular, la pasión por la justicia. Ese es el núcleo de nuestra posición.
Si hubiéramos tenido oportunidad de entregar personalmente la carta que no hemos podido entregar, porque según nos dice el Jefe del Operativo de la Policía de la Ciudad no hay funcionarios para recibirla, es decir que trabajan ‘part time’, lo cual también es llamativo; si hubiéramos tenido oportunidad de discutir con el embajador, como ocurrió una vez que marchamos a la Embajada de México por una acción represiva, con Luis Zamora, y nos recibió el embajador, tuvimos una discusión con el embajador abiertamente (en esa época no filmamos, pero acá tampoco el propósito era filmar absolutamente nada, sino mostrar la transparencia integral, el carácter consecuente de nuestra posición ). El que no defiende a las masas que luchan en Cuba está trabajando por la victoria del capitalismo en Cuba. El que defiende a esas masas que luchan en Cuba y les da una perspectiva socialista abre el camino para la definitiva, completa, victoria jamás derrotada en ningún futuro, de la Revolución Cubana, que en 1959 nos conmovió a todos los jóvenes de América Latina y que durante sesenta y pico de años nunca hemos fallado en defenderla.
Es necesario distinguir los acontecimientos, que cambian en un sentido o en otro, que algunas cosas que se hacían antes ahora son diferentes, pero el hilo conductor en ese esfuerzo, para ser siempre concretos, es ver por dónde pasa la defensa de la revolución socialista internacional. Es la unidad de los trabajadores que protestan en Cuba con toda América Latina, con los trabajadores de América Latina, con los trabajadores de EE. UU. y con aquellos que empiezan a comprender, con cierta lentitud, que el imperialismo está preparando una guerra sanguinaria en el Este de Europa y en las fronteras de Rusia. Una guerra sanguinaria, con total independencia del carácter reaccionario, dictatorial, contrarrevolucionario, precisamente del régimen de Putin, que es la expresión de la victoria del capital sobre los trabajadores en lo que fue el territorio de la Unión Soviética.
Como ustedes ven, no venimos a protestar livianamente. Venimos, en primer lugar, a protestar en nombre de una rebelión popular que avanza en todo el mundo y venimos a protestar también porque el camino empieza con el primer paso. Estas movilizaciones se van a incrementar de aquí en más con un número mayor de personas, porque los pueblos no están dispuestos a aceptar el destino de guerra que les reservan los actuales Estados. Un destino de guerra internacional y mundial. Tampoco está dispuesto a aceptar que se continúe con esta situación en que los contagiados o los contactos estrechos tienen que ir a trabajar y entregar su salud y su vida para que un puñado de capitalistas se hagan ricachones. No sólo eso, para que (esos ricachones) cambien los pesos en el mercado de contado con liquidación, fuguen capitales, ayuden a la bancarrota financiera argentina y creen el cuadro ideal para el sometimiento completo de la Argentina al FMI. Todo se encadena con todo
Culmino con esto. Estamos orgullosos de estar en este barrio, que no es precisamente un barrio proletario. Acá está la embajada de Cuba, razones tendrán. Sólo recuerdo, y con esto termino, que el primer viaje de Fidel Castro a las Naciones Unidas tuvo la siguiente característica: ¿dónde se alojó? ¿En el Sheraton? No. ¿En el Astoria? No. ¿En la Embajada de Cuba? No. Fue a un hotel de Harlem, el barrio de los negros, para mostrar que la Revolución Cubana tenía un mensaje para los trabajadores de EE. UU. Esto es lo que hay que recordar, porque recordar es poner de manifiesto lo que hay que hacer, y eso es lo que se propone, lo que organiza y lo que hace la corriente nuestra que es Política Obrera, Partido Obrero Tendencia.
Gracias, compañeros”.