Escribe Pablo Busch
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El nuevo “protocolo Covid” del Ministerio de Salud -que consiste en poner fin al aislamiento preventivo de los contactos estrechos de casos positivos- coincide con un aluvión de casos positivos en las fábricas y establecimientos de trabajo.
Si achicando los plazos o directamente eliminando el aislamiento el gobierno pretendía evitar el parate de actividades de la industria, el comercio y el turismo, éste ocurrió de todos modos debido a la masividad de los contagios. Varios analistas habían anticipado la posibilidad de un impasse no debido a una cuarentena sino a un posible aluvión de casos, como se demostró en la crisis en el transporte, en los vuelos aéreos y entre los guardavidas en la costa. El “protocolo” del Gobierno sacrifica la salud de los trabajadores y disuelve la principal herramienta de prevención del Covid -el aislamiento preventivo- para salvar a las empresas de esta posibilidad.
Los niveles actuales de propagación del Covid son muy superiores a los de las olas anteriores. Solo por dar algunos ejemplos, en Bonafide San Martín, en la primera semana del año el 70% de los trabajadores de planta estuvieron con Covid. En Granja 3 Arroyos, Capitán Sarmiento, los contagios llegaron al 50% de la planta. No es solo en el AMBA: en Nestlé Firmat, más del 20% de la planta está contagiado y en plantas de Rosario los contagios llegan al 50%. En Unilever Pilar, del 10 de enero hasta hoy se han confirmado 161 casos positivos. En todas estas plantas si se aplicara un protocolo riguroso habría que detener la producción hasta que pase la ola.
Agrava todavía más la situación que los trabajadores de riesgo, licenciados de trabajar durante más de un año, han sido devueltos a las fábricas a partir de la vacunación. El nuevo protocolo no los exceptúa de seguir trabajando aun siendo contactos estrechos de casos positivos, ni a los de riesgo por la edad ni a los de enfermedades prevalentes. La única excepción que se hace es a los trabajadores no vacunados o con el calendario de vacunación vencida. El protocolo dice, sí, que quien fuera contacto estrecho de un caso positivo, no debe estar en contacto con ninguna persona de riesgo. ¡Pero es una prevención de cumplimiento imposible, si no se saca a los contactos estrechos ni a los trabajadores de riesgo de los lugares de trabajo!
El nuevo protocolo del gobierno viene a dar respuesta al reclamo de las empresas que denunciaban a fines del 2021 que entre casos positivos, sospechosos y contactos estrechos tenían un ausentismo superior al 20% de sus plantillas. Son las mismas patronales que durante el 2021 redujeron todas las medidas de prevención a cero, que se quejan del crecimiento de los casos. Las sanitizaciones, la provisión de alcohol en gel y barbijos, los chárters especiales, la separación entre turnos y todos los demás protocolos preventivos fueron sacrificados para hacer desaparecer "el costo Covid".
Además de la defensa de los protocolos derogados por patronales y gobierno, necesitamos una lucha de conjunto contra la presencialidad en locales contagiados y por la preservación localizada de cada trabajador contagiado. O sacrificamos la vida y la salud, bajo la política de la apertura irrestricta, la presencialidad laboral y educativa, la conformidad con la ‘endemia’ y el auto testeo, con el argumento de que la vacunación resuelve todo; o luchamos por Covid cero, con todos los instrumentos que tiene el Estado para alcanzar ese objetivo, que sólo perjudica las ganancias capitalistas. Son dos enfoques clasistas estratégicos opuestos –uno, la defensa del lucro capitalista, el otro, la lucha por la vida.