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El 26 de enero de 2020, Valeria López, saludó por última vez a su mamá, mientras salía de su casa en la localidad de Virreyes. Iba a un festejo de cumpleaños en el predio de un lavadero de autos a pocas cuadras. El festejo no ocurrió y esa noche Valeria no volvió a su casa. Desde hace dos años que la causa duerme en la Fiscalía de San Isidro, a cargo de Gonzalo Acosta, que manifiesta no tener indicios de su paradero.
Desde el comienzo de la denuncia se vieron muchas irregularidades en la investigación. La comisaría 4° de Virreyes fue apartada del caso, que pasó a manos de la comisaría 5° de Beccar, luego de varias denuncias de la familia. La fiscalía siguió puntas que no tenían ninguna razón de ser en el caso: un viaje de fin de semana en el Delta de Tigre, supuestos allanamientos en la zona roja de Palermo o, por supuesto, la clásica huida por motu proprio. Varios vecinos en el barrio han señalado a personas cercanas al lavadero de autos, donde dicen también que se vendían drogas. Existen testigos anónimos que afirman que Valeria se fue por última vez con un hombre en su camioneta y no volvió con él cuando éste retornó a la casa donde estaban. Esta pista jamás fue investigada, al punto que uno de esos testigos llamó anónimamente a la madre de Valeria para decirle que había ido a declarar pero que ni siquiera se habían acercado al lugar donde se encontraba la camioneta señalada.
Las cámaras de seguridad, que la intendencia de San Fernando celebra como su mayor logro, lo único que arrojaron fue una grabación de una cámara donde se ve a Valeria caminando con una amiga y su hijo hacia un kiosko, cerca del lavadero. Del resto o no andaban o casualmente no muestran nada. Hace algunos meses, a un año y medio de la desaparición de Valeria, la madre fue recibida por primera vez por el presidente del Concejo Deliberante, Santiago Aparicio, y la comisión de género del mismo. Allí se refirieron a las pistas sobre el lavadero de autos y los funcionarios aseguraron que pondrían la cámara que está justo en esa esquina apuntando al mismo. Un mes después el lavadero se iba del predio, mudándose a otro lugar del distrito. El único pedido fuerte era que apareciera el afiche de aparición de Valeria con la recompensa dictada por el Ministerio de Seguridad en las pantallas públicas del distrito, pero sólo hicieron una foto para la prensa puertas adentro del Concejo.
Desde distintas organizaciones de mujeres, sociales y políticas se viene acompañando a su familia en la búsqueda. Se realizaron cortes de avenidas, marchas a la Fiscalía y al Municipio, sumando la búsqueda a las distintas asambleas de la zona, coordinando con otros familiares de víctimas. Estudiantes de la Técnica 2 de San Fernando realizaron un proyecto para Jóvenes y Memoria sobre la desaparición de Valeria. Varias compañeras soportamos el amedrentamiento de las fuerzas de seguridad, que han tenido el descaro de hasta intentar citarlas a declarar sin motivo.
Tenemos que seguir reforzando la organización y la lucha por la aparición inmediata de Valeria López, y de todas las mujeres desaparecidas en democracia, ahora frente a las narices de las miles de cámaras de seguridad de un Estado cómplice y responsable.