El fin de la historia

Escribe Anatoly Chmulak (desde Ucrania)

Tiempo de lectura: 3 minutos

La situación actual en los ex países soviéticos, muestra la falsedad de los que pregonaban el fin de las diferencias ideológicas, y la aparición de "una gran aldea global".

La llamada crisis en Ucrania, no es la primera señal del empantanamiento de la colonización capitalista en la región, como a la vez, la incapacidad manifiesta de "construir la oligarquía en un solo país". Así, hemos asistido a los levantamientos en Bielorrusia, o Kazajistán; que fueron reprimidos con invasiones, asesinatos, encarcelamiento de ciudadanos y represión.

Pero el capitalismo en su fase de senilidad, no tiene otro método que no sea la guerra para intentar reactivar la industria, recomponer la economía y reactivar el empleo.

Efectivamente, el imperio norteamericano, que sufre una inflación del 7%, y un endeudamiento del doble de su PBI, busca con desesperación reestablecer su hegemonía luego de su salida apresurada de Afganistán, obligando a Rusia a "abrir sus mercados", es decir, a una profundización de la restauración capitalista. Llegó tarde, porque dentro de las empresas estatales con inversión privada de Rusia, ya están establecidos capitales de Alemania, Francia, Suecia, Países Bajos.

Como sabemos, con discursos no se puede cambiar la realidad (aunque sea muy bueno el "Relato"), Biden anunció la prohibición de activar el gasoducto Nord Stream 2, que permitiría proveer de gas a Alemania Francia y los Países Bajos, bajando el precio de esta materia prima tan necesaria para la industria, que ya no debería pagar un peaje por tránsito que actualmente cobra Ucrania sobre el gas que pasa por su territorio y que implica el 5% de su PBI y que es utilizado en su totalidad, en gastos de defensa (léase armas que le compran a EEUU).

Rusia depende de las exportaciones de materias primas, que significan el 80% de su PBI, y esta medida, es un tiro por debajo de su línea de flotación, que además, fue acompañada del anuncio por parte de EEUU y el Reino Unido, del establecimiento de bases en la frontera entre Ucrania y Rusia con armas de destrucción masiva.

Esta escalada de sanciones y la campaña informativa de un "ataque inminente", quiere lograr que la opinión pública, apoye el desenlace de una guerra.

Lo dicho hasta acá, si el lector no lo sabía, lo intuía: un negocio detrás del asesinato masivo.

Lo destacable, frente al derrumbe de "Todes”, (los imperialistas norteamericanos, los nacionalistas rusos y ucranianos, los socialdemócratas y los Verdes de Alemania) es que la izquierda no abre la boca. Nadie saca los pies del plato.

El derrumbe

El martes 15 de este mes, en la Duma Rusa (Cámara baja), el Partido Comunista de Rusia, que se encuentra en la oposición, puso a votación un llamamiento al presidente ruso para que reconozca la independencia de las que auto proclamadas "Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk".

Según la agencia de noticias EFE, corroborada por otras agencias de noticias, la propuesta logró 351 votos, de un total de 450 diputados. Los Diputados del Partido Comunista son 57, pero contaron, como era de esperarse, con los votos de los diputados nacionalistas de "Rusia Unida", el partido político del presidente, que cuenta con 326 votos. Esta iniciativa vergonzosa del Partido Comunista Ruso, muestra su complicidad manifiesta con los nacionalistas, que ahora esperan la firma del Poder ejecutivo para hacer el reconocimiento legal de las regiones separatistas de Ucrania. Putin dijo que considerará muy seriamente el pedido de la Duma "que es la opinión del Pueblo ruso".

La medida, es una espada de Damocles frente al fracaso de los acuerdos de Minsk, que son incumplidos por el estado ucraniano, que debía considerar como "Zonas de autonomía especial" a las zonas rebeldes y llamar a elecciones que nunca se han realizado.

La Rada, el parlamento de Ucrania, reformó la Constitución, para declarar indivisible el territorio ucraniano y establecer el propósito de ingreso a la OTAN. Es decir que la adhesión a la OTAN es una obligación constitucional.

La historia la escriben los trabajadores

La unidad territorial de Ucrania es un problema central, pero solo podrá alcanzarse con la unidad socialista de los trabajadores del Dombás con el resto de trabajadores del país. Para mantener esa unidad, se hace necesario, la creación de una federación da países socialistas, en Ucrania y en la Federación Rusa. . La unidad no debe hacerse con los oligarcas de un lado o del otro de la frontera, la unidad debe ser de los trabajadores y no con los explotadores.

La izquierda debe reflexionar urgentemente sobre estos problemas y ganar las calles contra la guerra imperialista.

¡Adelante compañeros! ¡Abajo los gobiernos capitalistas! ¡No a la guerra!

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