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El pasado 23 de febrero se reunió la mesa salarial entre los sindicatos docentes de la Ciudad y el gobierno porteño. La misma transcurrió en el anonimato. La mayoría de los docentes se enteraron cuando ya había terminado. El acuerdo salarial que firmaron la mayoría de los sindicatos, establece una paritaria a la baja y en cuotas. No llega a cubrir lo perdido por la inflación y el retraso salarial de paritarias anteriores. Prevé un aumento salarial en cuotas, de 16,45% en marzo, un 9,74 % en julio y un 17,98 en octubre. Recién en el mes de noviembre un docente, de jornada simple, pasará a cobrar $79.576, por debajo de la línea de pobreza. La canasta familiar, en CABA, según lo estimado por el Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (CESyAC) asciende a $179.320,60. Los aumentos, por otro lado, no se incorporan al básico, sino que se componen de varias cifras no remunerativas, achatando nuestra escala y golpeando fuertemente las jubilaciones actuales y futuras.
Sindicatos
La mayoría de los sindicatos que firmaron este acuerdo de miseria, son oficinas que venden cursos y carreras, que nada tienen que ver con la organización y la lucha docente. En los últimos años, pese a no tener gran cantidad de afiliados, se han transformado en una de las patas más fuertes de los gobiernos, nacional y porteño, firmando todo tipo de acuerdo.
La UTE (CTERA) firmó el acuerdo ad referéndum de un plenario que, por ahora, no tiene fecha. Sin embargo, no quieren agitar el avispero porque la paritaria de la ciudad establece el mismo porcentaje que firmaron con el gobierno nacional. Como puede verse, la idea que la paritaria nacional docente fijaría un “piso” salarial, como pregonan la burocracia sindical, es un verso. En realidad, la ´paritaria nacional´ impuso un techo salarial que no supera el 45%. Por esta razón, la burocracia hará pasar el acuerdo. La otra variante sindical, que viene acordando es la CGT, en este caso a través de UDA y Sutecba. Ambas entidades de base, son partícipes, además, en la gestión de nuestra obra social, ocupando cargos en el directorio de la misma.
Ademys fue el único sindicato docente que rechazó por el momento la “oferta salarial”, retomando el planteo de salario igual a la canasta familiar para el cargo testigo, de acuerdo a lo votado en su última asamblea.
Nuestro planteo
Para desarrollar este ajuste al salario, afectando las condiciones de vida de la empobrecida docencia porteña, el gobierno de Rodríguez Larreta se apoya en sindicatos burocráticos para contener a los y las trabajadoras de la educación. Es sencillo prever qué harán esas entidades sindicales con las modificaciones de la carrera docente, que el gobierno ya tiene en agenda parlamentaria, y las modificaciones que intentarán poner en marcha sobre el Estatuto del Docente.
Desde esta perspectiva, llamamos al activismo y a la docencia en general a impulsar una campaña, por el rechazo al acuerdo paritario en cada escuela y colegios; y constituir asambleas distritales para resolver iniciativas y planes de lucha, por un salario igual al costo de la canasta familiar para un cargo de jornada simple o equivalente, la defensa de: las jubilaciones, la obra social, la carrera docente y el Estatuto.
