Gustavo Zanchetta, ex obispo de Orán: condena atenuada, sin sentencia firme

Escribe Olga Céspedes

La justicia y el clero preparan la impunidad.

Tiempo de lectura: 2 minutos

El ex obispo de la ciudad de Orán, Gustavo Zanchetta, fue condenado a sólo cuatro años y medio de prisión efectiva, al cabo de una semana de juicio oral pero no público, por el delito de “abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido en perjuicio de G.G. y de M.C.”.

Zanchetta es el tercer sacerdote condenado en Salta por el delito de abuso sexual. El primero, Renzo Ferrazo, fue condenado a 9 años de prisión, en el año 2000, y Agustín Rosa Torino recibió una condena de 12 años en julio del año pasado. Fue el propio Bergoglio quien acogió al ex obispo luego de su repentina renuncia al obispado de la ciudad salteña de Orán, en el 2017, para resguardarse en el Vaticano. El recién sentenciado había sido nombrado, el 17 de diciembre de 2017, consejero en la Administración del Patrimonio de la Santa Sede Apostólica (APSA), la llamada la "inmobiliaria" del Vaticano. Recién cuando el ex obispo fue denunciado por los delitos de abuso sexual y ya no se pudo continuar encubriendo es que Bergoglio lo mandó a España “a hacer un test psiquiátrico” (El Tribuno, 4/3).

Impunidad púrpura

Esta “condena”, es un intento de minimizar los delitos cometidos por el ex obispo. Tanto la justicia salteña como el papa Francisco no lograron la absolución de Zanchetta y es por ello por lo que armaron este salvoconducto, la aplicación de una pena menor solicitada por la fiscalía de la ciudad de Orán, de solo cuatro años y medio. La sentencia aún no se encuentra firme, lo que significa que el ex obispo puede apelar y pedir la libertad bajo garantías hasta que Casación se expida, un trámite que puede demorar años. De este modo se prepara la impunidad para uno de los preferidos del papa Francisco. La diócesis de la ciudad de Orán convoca a los feligreses a aprender a “cargar con las fragilidades de los hermanos”, reza el Fray Luis Antonio Scozzina, nuevo Obispo de la Nueva Orán. Las “fragilidades” de los curas pedófilos son la ruina de cientos de vidas. Por su parte, El Episcopado argentino emitió un comunicado en el que se comprometió a renovar “la tarea urgente de erradicar este tipo de conductas abusicas”; sin embargo, lo que se prepara es la libertad de Zanchetta.

Iglesia y Estado, asunto separado

La justicia salteña anunció que se espera un nuevo juicio por fraude al estado; sin embargo, es el propio estado el que sostiene a la institución de la iglesia cuya curia sigue en pie con su entramado estatal y económico que le habilita adoctrinar y garantizar un reclutamiento que termina siendo el ámbito de depredación de los pedófilos. Esta pedofilia no es otra cosa que el reflejo de la relación de poder dentro de la iglesia, propia de una organización vertical y sin control de sus bases. Este fallo es la preparación de una nueva impunidad a la pedofilia clerical con la venia de la justicia salteña y el Vaticano. Es el estado “juzgando” a uno de sus resortes, la institución de la iglesia. Convocamos a repudiar este fallo de encubrimiento y acompañar a los denunciantes en el camino por la justicia.

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