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En la primera semana de marzo y ante el inicio de la segunda vuelta de inscripción a materias, nos encontramos que una gran cantidad de compañeros aparecemos dados de baja de varias materias a las que nos habíamos inscripto.
Cada año los estudiantes batallamos con varios problemas a la hora de inscribirnos. La diferencia este año se da en que, frente a la pandemia, la gestión universitaria ha planteado un protocolo que permite en las aulas hasta el máximo de un estudiante por metro cuadrado. Este límite de estudiantes por aula ha llevado a que las comisiones existentes no cubran la demanda y existan reclamos en todas las carreras.
La gestión de la UNGS no puede desconocer que si se reduce el cupo de las comisiones y no se abren nuevas habrá estudiantes que se quedarán afuera. La problemática de comisiones superpobladas es denunciada por estudiantes y docentes hace años. La expulsión masiva de estudiantes en las inscripciones no es el resultado de una improvisación, la gestión universitaria ha sido consciente de que su planteo de presencialidad plena sin la inversión adecuada llevaría a la expulsión masiva de estudiantes en las materias. No estamos frente a un error de cálculo, sino frente a una política bien definida. Lo vimos reflejado en que nunca se garantizaron las condiciones para la virtualidad ni se avanzó en preparar las condiciones para la presencialidad. La falta de inversión en educación en función del pago a la deuda del FMI es una política avalada por la gestión universitaria de las camarillas privatizadoras.
Por su parte, El Puente, la agrupación que ejerce la presidencia del centro de estudiantes, pidió aumentar el aforo de las cursadas, es decir, la cantidad de estudiantes permitida por aula. Significa proponer que los estudiantes y docentes nos hacinemos en las aulas. El Puente sigue la orientación del gobierno nacional -y de todos los gobiernos- de dar por finalizada la pandemia y concluir con todas las medidas de prevención, a pesar de que aún sigue muriendo diariamente un centenar de personas por Covid-19 y los especialistas no descartan una próxima ola de contagios. Esta política que pide la presidencia del centro de estudiantes ataca la salud de estudiantes y docentes, al proponer aumentar el aforo de las aulas cuando la pandemia aún no ha finalizado. El centro de estudiantes debería convocar urgente una reunión abierta a todos los estudiantes para deliberar.
Organicémonos en defensa de nuestra cursada
La salida a las expulsiones masivas en las materias es clara y sin vueltas: aumento del presupuesto universitario, que la universidad garantice las condiciones de cursadas para todos, apertura de nuevas comisiones y una tercera ronda de inscripciones.
