Absolución para Higui

Escribe Ximena Arrece

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Comenzó el juicio contra Higui, lesbiana que fue víctima de un intento de violación grupal y que, para defenderse, acuchilló y mató a uno de los abusadores. La justicia intenta, nuevamente, cambiar roles entre víctima y victimarios, acusándola de homicidio simple. El juicio continuará los días 16, 17 y 22 de marzo, en los Tribunales de San Martín, mientras se realizan acciones de lucha por su absolución en todo el país.

Eva Analía de Jesús, apodada Higui por jugar de arquera en el fútbol (por el arquero colombiano Higuita), había ido a visitar a su hermana por el día de la madre, el 16 de octubre de 2016. Vivía en Lomas de Mariló, un barrio "picante" de Bella Vista, localidad de San Miguel, donde fue sufriendo una escalada de violencia por ser lesbiana. Además del maltrato verbal constante, sufrió puntazos en la espalda mientras la corrían, junto a su hermana trans, mataron a su perro y hasta quemaron su casa. Ese domingo, tres hombres la tiraron al piso, la golpearon brutalmente e intentaron violarla al grito de "te voy a hacer sentir mujer, forra lesbiana". No era la primera vez que Higui padecía un abuso sexual, en su infancia fue violada por varias parejas de su madre. En el piso, y en shock, logra sacar una navaja que tenía entre las tetas y acuchilla en el pecho a uno de los violadores. La policía la encuentra en un pasillo, desvanecida y con pérdida de conocimiento, golpeada y con la ropa interior desgarrada, y sin mediar palabra se la llevan detenida. Higui se entera al siguiente día que Cristián Espósito, abusador que acuchilló en defensa propia, había muerto y ella estaba siendo acusada de homicidio simple. Por supuesto, el caso de violación grupal nunca fue investigado.

Como todo en la justicia burguesa, las leyes se miden distintas acorde a la clase social a la que se pertenezca. Si esto hubiera ocurrido en Recoleta, si los abusadores fueran pibes que entraron a robar a una casa y la dueña acuchilla a uno de ellos, jamás hubiera salido de la carátula de "legítima defensa". Pero Higui era cartonera, había dejado la primaria a los ocho años para trabajar "cama adentro" cuidando a un bebé. Hasta el día de hoy, a sus 47 años, nunca consiguió un trabajo fijo. La pobreza y la desocupación son el caldo de cultivo para el desarrollo de todo tipo de violencia, cubierta por el manto de la impunidad de un régimen que se nutre de la explotación de mujeres y disidencias.

La condición de lesbiana, al igual que los "putos" y las travestis, se convierte en motivo de asedio en los barrios populares. Estos discursos de odio son fomentados por todas las instituciones del Estado y fuertemente por las iglesias que éste financia. Bella Vista es uno de los lugares del conurbano con mayor influencia del Opus Dei, y el gobierno municipal dirigido por Jaime Méndez- sucesor de Joaquín de la Torre- ha hecho variadas manifestaciones contra los derechos de mujeres y diversidades. Incluso el Concejo Deliberante se pronunció contra el aborto legal en 2019. El Estado financia fuertemente a las iglesias católica y evangélica, que promueven "tratamientos" para "corregir" la orientación sexual y/o de género que se salga de los márgenes de la heterosis. Mientras sancionan leyes de "igualdad" sin presupuesto, llenan de a millones las arcas de instituciones retrógradas que siguen sosteniendo a la homosexualidad como una enfermedad que debe ser curada -con sus "tratamientos" o con la violencia más cruenta.

Desde el momento en que Higui fue detenida, el movimiento de mujeres y diversidades salió a las calles en pie de lucha. En junio de 2017, después de casi un año de organización y movilizaciones, se consiguió su excarcelación, que ha mantenido a Higui en libertad hasta ahora desarrollado el juicio. Lo que le permitió participar de movilizaciones, encuentros y diversas acciones del colectivo lgtbi+ y de mujeres, y ampliar así el radio de organización y de lucha. Hoy se realizan concentraciones, festivales, cortes y movilizaciones en muchas ciudades de todo el país. Frente al Tribunal Oral Criminal N°7 de San Martín (Av. Ricardo Balbín 1753) se concentraron hoy cientos de personas y organizaciones, que continuarán todos los días que se desarrolle el juicio hasta su veredicto, previsto para el 22 de marzo próximo.

No sólo exigimos la absolución para Higui, también queremos juicio y castigo a sus violentos y abusadores. Basta de impunidad y revictimización. El Estado es responsable.

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