Incendios en Corrientes: el gobierno rescata a la Mesa de Enlace

Escribe Patricia Urones

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Según el reporte diario de la página oficial del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible del 11 de marzo, fueron apagados los últimos dos focos de incendios ubicados en las localidades de Alvear y Concepción. Se perdieron a manos del fuego 1.042.514 hectáreas (12% del territorio provincial). El control de los incendios desarrollados durante todo el verano en la provincia de Corrientes y, más en general, en el NEA, de ninguna manera significa que se ha terminado la emergencia Ígnea. Es que su causante principal, la sequía, proseguirá hasta bien entrado el invierno. La pérdida de stock vacuno y de alimentos que son parte de la canasta básica echarán más nafta al fuego de la ya acelerada inflación (infobae.com, 3/03).

Rescate selectivo

Las noticias que abordan la “asistencia financiera” de los gobiernos nacional y provincial omiten una conclusión elemental: la misma ha ido a parar, en su gran mayoría, a manos de los propietarios de las grandes unidades de producción. Mientras el gobierno provincial entregó subsidios por $200 millones y abrió líneas de crédito a tasa subsidiada (19%) otorgadas por el Banco de Corrientes, el gobierno nacional envió subsidios por otros $100 millones y abrió líneas de crédito fáciles por medio del Banco Nación por $5.000 millones para medianas empresas (Neahoy.com, 1/03; corrienteshoy.com, 2/03). Además, se eximió al capital del pago de impuestos provinciales por un equivalente a $800 millones y se le perdonó por un año el cumplimiento de pagos por juicios a la AFIP (ídem). Todo esto sin contar los aportes, también de millones de pesos, hechos por las carteras de Turismo y de Ambiente.

En contraste con esta asistencia, los trabajadores rurales deben esperar. Recién el pasado miércoles, el ministro Zabaleta arribó a la provincia y firmó un convenio con el gobernador Gustavo Valdez, consistente en 226 subsidios para los trabajadores afectados y 72 módulos de emergencia (ámbito.com, 9/03). Por otro lado, la ministra de Industria de la provincia, Mariel Gabur, solicitó a Nación la extensión por tres meses más del magro pago intercosecha de $10.000, para los peones registrados de la yerba y el citrus, los que se estiman en 1050 (República de Corrientes.com, 1-03). Siendo rigurosos, la extensión del pago intercosecha sería otro subsidio a la patronal, que no carga con los costos laborales en momentos de crisis. Los subsidios no incluyen a las otras actividades afectadas, tales como la que emplea trabajadores en el sector de la resina, el arroz o la ganadería. Tampoco se aborda la emergencia de los peones rurales no registrados. Hace dos años, en un operativo de registración de trabajo, que contó con la presencia de funcionarios provinciales y nacionales y con la misma UATRE, se concluyó que, solo en el sector productor de resina, el 35% de la fuerza laboral se hallaba en negro (agrofy.com, 16/03).

Mientras los trabajadores deben esperar la caridad del ministro de Desarrollo Social y reciben migajas, el capital ya ha sido censado, asesorado técnicamente y asistido financieramente. Aunque los representantes de Corrientes en la Mesa de Enlace afirman que la ayuda no alcanza (pretenden un rescate de cerca de 70.000 millones de pesos que, según lo declaran, sería el monto de las pérdidas). Lo cierto es que el gobierno nacional ha salido a socorrerlos con prioridad. El Parque Nacional Iberá, aún sin tener un balance claro de los daños causados a la reserva, ya ha abierto sus portales para que la rueda de negocios de la “industria sin chimeneas” siga girando.

No solo son los trabajadores correntinos

Los incendios exceden al período de verano 2022 y a la provincia de Corrientes. Ya en noviembre de 2021 el Servicio Meteorológico Nacional concluía que la sequía de ese año se encontraba entre las siete peores desde 1961. Hoy, provincias como Chaco, Misiones, Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba, se hallan afectadas por la sequía y los incendios. La Mesa de enlace utiliza este desastre para llevar agua a su molino, en la pelea por la tajada de las retenciones, hoy engordadas por el aumento de los precios de las comodities provocado por la guerra en Ucrania. Pero la sequía tiene como efecto inmediato el desempleo de los peones rurales que viven de esas actividades. Ya la delegada del RENATRE Corrientes, Mónica Arnaiz, advirtió sobre el aumento de desempleo que el desastre provocará en el mercado laboral.

Los trabajadores rurales de Corrientes y de todas las zonas afectadas por la sequías y las emergencias climáticas de los últimos meses deben organizarse y aunar esfuerzos, para enfrentar el desastre al que las patronales y el gobierno los han sometido, primero, destruyendo los suelos, principales productores de riqueza, y luego arrojándolos al desempleo cuando se presenta la emergencia ambiental.

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