Salta: una disputa de camarillas se disfraza como “violencia de género”
Escribe Olga Céspedes
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La jueza María Alejandra Diez Barrantes, del Juzgado de Violencia Familiar y de Género 2º Nominación del Poder Judicial de Salta, intimó al periodista y empresario Mario Ernesto Peña (padre) a “abstenerse de ejercer actos de violencia simbólica y mediática, en medios de comunicación masiva y/o cualquier red social, que afecten la dignidad como mujer en contra de la denunciante”, la intendenta de la ciudad Capital, Bettina Romero.
La denuncia
El fallo reza que Bettina Romero denunció al periodista y propietario, Mario Peña, por “violencia de género” por dichos como “…porque además se embarazó. O sea, dos años en la cámara, de los dos años trabaja un cuarto, un cuarto estuvo con maternidad”, en alusión al período cuando Romero fue diputada provincial. La intendenta capitalina también lo denuncia por “violencia simbólica y mediática” y presenta como prueba audios donde se escucha decir que es “bastante malcriada, bastante cambiante en sus palabras; una real malcriada”. Romero acusa por “daños y perjuicio” al periodista, y declaró que su denuncia contra Peña pretende “frenar a los hombres machirulos”; que ella no sólo se para por ella sino por todas las mujeres (Clarín, 13/4/2020).
Camarillas y poder
El verdadero trasfondo de esta trifulca son los intereses que representan las facciones de los contendientes. Bettina Romero es la hija del exgobernador salteño y actual senador nacional, Juan Carlos Romero. El denunciado es dueño de uno de los medios de comunicación oficialista. Su hijo, Mario Peña, es el actual ministro de Turismo y Deporte de Salta. La disputa esta en quién se ubica de mejor manera en los realineamientos políticos nacionales luego del acuerdo con el FMI y de cara a las elecciones de 2023. Si bien Bettina Romero ya anunció que irá por la reelección como Intendenta, el gobernador Sáenz teme ser desplazado en la gobernación por parte del romerismo. Recordamos a los lectores que Gustavo Sáenz llegó al gobierno provincial en un bloque con el romerismo a falta de una base propia que aun no termina de constituir, lo que lo llevó a acercarse al kirchnerismo en su apoyo al gobierno nacional. De todos modos, el gobernador no ha abandona su pretensión de desplazar tanto al romerismo (en la capital de la provincia) como al kircherismo. Ambas facciones comparten negocios con la agroexportación y la minería en la provincia.
¿Quién es más feminista?
En pos de ocultar el desastre en materia de violencia contra la mujer, tanto el gobierno provincial como el gobierno de la Municipalidad de la ciudad de Salta, se han montado en una línea “feminista”. En vísperas del 8 de marzo la disputa se ha exacerbado. Bettina Romero hizo la campaña “Juntas” en las barriadas en un intento de cooptar a todo un sector de dirigentas sociales. Sin embargo, las frecuentes movilizaciones de las organizaciones sociales independientes que pelean por la asistencia a los comedores y merenderos derriban las pretensiones de Romero. Todos los meses las mujeres pobres de las barriadas deben salir a las calles a reclamar harina que conquistan con la organización y lucha y no “juntas” a la intendenta.
Por su parte, Sáenz ha trazado una campaña de charlas y cursos con la ley Micaela para funcionarios y en las diferentes instituciones gubernamentales para “erradicar la violencia machista”. Con la campaña “barrios seguros”, el gobernador envía al ministro de seguridad, Abel Cornejo, a organizar en los barrios charlas contra la violencia de género “desde la masculinidad” con la policía. Un informe de la fiscalía expresa que el 13% de la policía ha sido denunciada por violencia de género durante el año pasado. En lo que va del año hay 3 femicidios y decenas de denuncias de abusos infantiles.
La denuncia que en la formalidad se presenta como un ataque al machismo, no es otra cosa que un episodio de crisis de las facciones del capital local. Solo la organización socialista de las mujeres trabajadoras podrá erradicar de raíz la violencia contra las mujeres de la que son responsables quienes hoy gobiernan con el FMI.
