Salta: Sáenz "codo a codo" con las patronales y el FMI

Escribe Gabriela Jorge

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Sáenz trabaja “codo a codo” con el gobierno nacional y su fuerza “reúne a muchos sectores del PJ que son parte de Frente de Todos”. Esas fueron las palabras de Masa dedicadas al gobernador en su paso por Salta. Mantienen los pies dentro del plato, pero no abandonan su intención de “superar la grieta”.

Es que, tras el acuerdo con el FMI y la fractura de la coalición gobernante, Fernández ha reforzado su dependencia de una “unidad nacional”, que incluye a los gobernadores, legisladores y las patronales que representan.

Con la llegada de Fernández la semana pasada, Sáenz hizo el condicionamiento de no tener aprobado el presupuesto nacional. Claro, como en el vaivén de un péndulo, Sáenz necesita tanto a Fernández, como éste a él. El 90% de sus anuncios penden de un hilo. La Obra Pública prometida corresponden a la ruta 86 (Tartagal), paso obligado para camiones hacia la frontera; la ruta 68 (del Valle de Lerma), ruta tabacalera y minera por excelencia; y la 51 “tan soñada” por las multinacionales mineras que fugan el oro y el litio hacia el pacífico, producción que ha crecido un 300% desde 2020.

La “cuestión de Estado” a la que alude cuando refiere al FMI responde directamente a los reclamos de la burguesía minera, tabacalera, azucarera en la provincia. Sáenz, junto al CEO de Posco Holdings Choi Jeong Woo, inauguró esta semana la construcción de la planta comercial de hidróxido de litio en el Salar Hombre Muerto que pendían del acuerdo.

Nuevas configuraciones políticas

Los votos cosechados en las sesiones del Congreso son la cuota que paga el gobierno de Sáenz. Calletti, Godoy en diputados; Leavy, en el Senado. El voto de Godoy, hijo del ex presidente casi vitalicio de la Cámara de Diputados local, lo anticipó su padre, quien comandó la “rebelión” contra el copamiento de Sáenz en el PJ, pide volver por la puerta de atrás.

Los votos en contra del FDT ya han traído cola. Por un lado, la Senadora Giménez develó la completa impostura del kirchnerismo: votó en contra con los números asegurados. Mientras, el voto de Estrada -candidato del saencismo- abrió una crisis en el PJ. Un sector reclamaba que debía ser echado por Sáenz. Rápidamente, del “se puede disentir”, se llamó al orden. Frente a la discusión de las retenciones, defendió la baja para tabacaleros y productores locales.

La tregua con la intendenta de capital Romero, hija del ex gobernador, entra en un compás de espera. La votación en diputados de la ley de Consenso Fiscal 2021 cosechó el voto en contra del romerismo por considerar insuficiente la baja de impuestos. Su reclamo era bajar las alícuotas a los índices del 2019. Por ahora, se juegan como el macrismo a sostener el acuerdo con el FMI, pero sin que éste toque los bolsillos de “sus representados”. De paso, obtienen una diferenciación ante su incapacidad de ofrecer una salida.

Preparemos nuestra intervención

Sáenz busca ampliar su base de sustentación. Pero todo está por verse. El cuadro local no está ajeno al desarrollo de la crisis general.

Salta tiene las cifras más altas de pobreza. La presencialidad “plena” en las escuelas choca de lleno con la realidad: las inundaciones, las tomas de colegios por parte de padres que reclaman la copa de leche y las condiciones edilicias. La crisis sanitaria no está saldada. El 30% sigue sin recibir segunda dosis. La sola aparición de la influenza hizo colapsar el precario sistema de salud, sobre todo del interior.

El gobierno debe capitanear un ajuste, en línea con el FMI, que agudizará su confrontación con los trabajadores. Su intentona de ampliar los días escolares a feriados, terminó en un recule luego del repudio generalizado que despertó en directivos, docentes y padres. Es decir, el gobierno que impuso -por ahora- los descuentos ilegales a docentes no tiene la vaca atada. La crisis hiperinflacionaria pone en tela de juicio a la integremial, que ha salido como bombero al rescate del gobierno para cerrar paritarias.

Frente a la crisis nacional y a un acuerdo que está puesto en cuestión por el agravamiento de la crisis internacional, el descontento comienza a dar paso a la deliberación en los lugares de trabajo. Impulsemos la campaña por un Congreso Obrero para prepararnos e intervenir como clase frente a los desafíos de una situación conmocionante.

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