El discurso electoral de Morales, el movimiento piquetero y la represión

Escribe Iñaki Aldasoro

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Gerardo Morales acaba de utilizar la detención arbitraria que él mismo encargó sobre dos dirigentes sociales en Jujuy, Sebastián Copello del Polo Obrero (o) y Juan Chorolque del MTR-12 de Abril, como plataforma de su campaña presidencialista. Lo hizo en el programa de Viviana Canosa el jueves 7, que luego fue replicado por varios medios.

En dicho programa, Morales planteó “que va a pedir fuertes multas por los cortes” y aseguró “yo no los dejo acampar”, en una clara intención de marcarles la cancha -por derecha- a Larreta y otros adversarios en su interna presidencialista.

Discurso y realidad

En la mentada entrevista, Morales levantó un discurso electoral de tipo de reaccionario que dista mucho de la realidad de lo que pasa en Jujuy. El gobernador dijo que si fuera presidente le quitaría los planes a los que cortan la ruta, que hay que acabar con los intermediarios y que en la provincia él convirtió los planes en trabajo.

Morales plantea que el manejo de los recursos de la asistencia social vuelva a pasar por las manos del gobierno, cosa que ha logrado parcialmente en la provincia luego de la cooptación de la casi totalidad de la organización Tupac Amaru, de la hoy también detenida Milagro Sala.

Desde ya Morales no ha convertido los planes en trabajo genuino, ni tiene el interes ni las condiciones para hacerlo. El endeudamiento provincial en dólares y en pesos ha empeorado la situación social de la provincia. Los indicadores de trabajo, pobreza y miseria son alarmantes, como ha reconocido el propio Morales en su discurso de apertura de sesiones de la Legislatura el 1 de abril de 2022.

La política de la zanahoria y el garrote

La crisis política de los ´90 impactó profundamente en Jujuy. Los ´jujeñazos´ terminaron volteando a varios gobiernos, en un proceso anterior al Argentinazo, que se tradujo en el crecimiento y desarrollo de grandes y poderosas organizaciones sociales en la provincia, con una gran tradición piquetera. Cuando Morales se impone en las elecciones, arma un proceso para tratar de recuperar el manejo de los recursos de la asistencia social y reforzar el poder de arbitraje del Estado. No lo hace exclusivamente por la vía represiva sino también de la cooptación de la Tupac Amaru – la mayoría de sus dirigentes pasaron a ser funcionarios de su gobierno. Por otra parte, también tuvo una política para “quebrar” la ligazón de las bases de esa organización con Milagro Sala, con medidas como el esquema de titularizacion de las viviendas que construyó la Tupac para que cada familia fuera finalmente la propietaria de su casa, y también les permitió acceder a la obra social del Estado. La titularización de las viviendas no solo fue un golpe al manejo de la Tupac con las mismas, sino que habilitó una gran caja al Estado con el pago de las cuotas de las viviendas, que no se han traducido en la construcción de nuevas casas.

Más tarde, y bajo la presión de la crisis social, Morales armó un esquema de “sobrepago” en negro para los desocupados que popularmente se conoce como “contingencia”, que representan $ 6 mil pesos que aporta la provincia en negro, para que no choque con algún beneficio social.

Morales no ha desarmado a la organización piquetera sino que la utiliza para sus propios fines, movilizándola para sus actos y acciones políticas y electorales.

Una salida precarizadora y de destrucción del trabajo genuino

De la fenomenal masa de trabajadores desocupados enrolados en la ex Tupac Amaru, la mayoría sobrevive de changas. Por otra parte, se han cerrado algunos emprendimientos que regenteaba la organización, como la bloquera, los centros culturales, parques y piletas, y hasta la textil.

El gobierno está armando un plan paulatino de intento de absorción de los ´beneficiarios´ de los planes para tareas en los municipios, en condiciones absolutamente precarias. Esto genera una competencia con los trabajadores estatales y municipales de planta, que se traduce en una mayor presión para firmar paritarias a la baja y perpetuar los salarios de miseria de los estatales provinciales.

El organismo dedicado a este ´empalme´ es la SUCEPPI (Secretaría de la Unidad Coordinadora y Ejecutora de Planes y Programas Interministeriales), dirigida por un ex dirigente de la Tupac Amaru, Estrada. También se busca integrar a estas tareas a los capacitadores provinciales, quienes por decreto acaban de pasar de la orbita de los ministerios de Educación y Trabajo, a la SUCEPPI, que se comporta como una agencia de mano de obra ultra barata y precarizada.

Aquí está que quid de la cuestión, el intento de avanzada de Morales sobre las organizaciones sociales, que busca quebrar el carácter independiente de las más combativas para poder integrarlas a un esquema de contraprestaciones laborales en tales condiciones.

Una salida de los trabajadores

Desde ya las detenciones arbitrarias y la política de hostigamiento al movimiento piquetero combativo tiene por función intentar quebrar las organizaciones sociales, mientras por otra parte trabaja para cooptar a todo un sector de estas. Hoy Morales intenta descabezar a vastos sectores del movimiento piquetero pero no cuenta con los recursos políticos y económicos para armar un esquema de contención de esa base que se moviliza y pelea por trabajo genuino.

Lo que hizo en un determinado cuadro político y con algunos recursos, hoy no lo puede repetir frente al derrumbe económico y el fracaso de su gestión.

El cuadro actual de crisis del régimen político no le permite disponer de los recursos políticos ni económicos que usó en el pasado para avanzar en una línea de control de recuperación del manejo de la asistencia social, y por ende abrir un cuadro de integración de diversos sectores a su propio régimen de contención. Hoy la crisis amenaza con acelerar la disgregación política de los bloques de gobierno y abrir una crisis de poder.

Frente a ese escenario, las detenciones y ataques del gobierno de morales solo aspiran a intentar dividir las aguas en el movimiento popular, tratar de amedrentar a las organizaciones frente a un escenario convulsivo de mayor intervención política y callejera de los trabajadores.

La tarea que tenemos por delante es explicar este cuadro y desarrollar una gran acción política por la inmediata liberación de los compañeros detenidos, por la anulación de todas las causas abiertas a los luchadores y por un plan de lucha para arrancar todas las reivindicaciones del movimiento obrero ocupado y desocupado, la coordinación de todas las luchas en la perspectiva de un congreso obrero.

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