Tigre: qué dejó el paro de lanchas

Escribe Manuel Lafita

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Luego de cinco días de paro del SOMU (obreros marítimos) y los patrones de lanchas del delta del Paraná, por falta de pago de los salarios de marzo en los primeros días de abril, el servicio de transporte fluvial volvió a funcionar. Pero como la marea que deja marcas en el terreno y la vegetación, aquella circunstancia puso de relieve una situación de conjunto para quienes viven en el delta del río Paraná.

En medio de la incertidumbre respecto del abastecimiento y los precios de los combustibles en alza, producto de la crisis económica agravada doblemente por el acuerdo con el FMI y la guerra en Ucrania, la demora en la transferencia de subsidios a las empresa de transporte fluvial (Interisleña, Líneas Delta, Jilguero) provocó la demora en el depósito de los salarios y los trabajadores fueron al paro. Esto significó la interrupción sin matices del acceso desde y hacia las islas, siendo que no hay -sobra decir- bicicletas, caminos, medios alternativos que permitan a trabajadores, jóvenes y niños arribar a sus trabajos, escuelas y servicios de salud. Quienes consiguen tener una embarcación aún de lo más sencilla, también son afectados por la usual falta de combustible en los surtidores presentes solamente en la primera sección de islas.

Al tiempo que el ministro de Educación nacional pregona e impulsa la extensión de la jornada escolar en la escuela primaria, el gobierno falta aquí también en garantizar las condiciones mínimas para el acceso propiamente dicho, es decir físico, a la escuela en el delta. Los medios nacionales se acercaron a dar difusión al conflicto recién el día lunes (quinto día de paro).

Es sabido por los vecinos de allí que los problemas no se reducen sin embargo al transporte fluvial: incendios, cortes de luz, contaminación del agua, especulación inmobiliaria y más cuestiones se suman a la lista de preocupaciones que ya llevan años y a las que no han dado respuesta las autoridades nacionales, provinciales y locales. Vía grupos de whatsapp, donde se apoyan cotidianamente, los isleños llevan días debatiendo y organizando redes para dar un curso de acción.

En una entrevista radial (11/9) Martín Nunziata, habitante de la isla desde hace 44 años, denunció esta desidia y llamó al gobernador a acercarse al territorio y escuchar de primera mano los reclamos. Compartió la convocatoria a la concentración en la estación fluvial el sábado 23 de abril a las 10 hs. por aquel y todos los reclamos de las familias isleñas, organizada por aquellos grupos de whatsapp.

Apoyemos esta iniciativa genuina y exijamos los recursos para un plan integral de protección y desarrollo isleño bajo control de las organizaciones de trabajadores y vecinos. Contra el monopolio del transporte, luchemos por concursos transparentes bajo control de la comunidad. Cualquier reclamo popular hoy día se opone por el vértice al acuerdo con el FMI suscrito por ambos bloques mayoritarios.

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