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El kirchnerismo acaba de fracasar en su último intento de designar a jueces afines en el fuero federal, allí donde se ventilan las causas que involucran a Cristina Kirchner y a su entorno de ex funcionarios. En la sesión de este miércoles del Consejo de la Magistratura –el organismo que selecciona a los jueces- los K no lograron la mayoría especial que necesitaban para ello. Pero a partir del lunes las cosas empeoran, porque el actual Consejo –que mantiene una apretada mayoría simple a favor del kirchnerismo- va a ser reemplazado. Un reciente fallo de la Corte declaró inconstitucional a la ley que establece su actual integración de 13 miembros y repuso la vigencia de una ley anterior, que había sido derogada. De este modo, retrotrajo al Consejo a su anterior composición de 20 integrantes, para lo cual llamó a elecciones para llenar los cargos que han quedado vacíos bajo la batuta del actual presidente de la Corte, Rossati. Las elecciones entre los jueces y los académicos favorecieron a las listas contrarias el gobierno. El golpe de estado de la Corte, como es declarar la vigencia de una ley derogada, y de ese modo asumir una función legislativa, ha dejado al cristinismo sin paraguas judicial. Por lo demás, insinúa un papel decisivo a la Corte ante cualquier crisis política o anticipación del fin del mandato del gobierno.
En la sesión final del Consejo actual, el oficialismo impulsó un reglamento de “emergencia” o de “transición” para el período que viene, donde se establecía que las decisiones requerirán un piso de siete votos –que son los que tiene actualmente el kirchnerismo. Naturalmente, votaron en contra e impugnaron la resolución los otros seis miembros que responden a la oposición. El lunes próximo debería constituirse el nuevo Consejo de la Magistratura.
La decisión del tribunal superior de restablecer una ley que el Congreso reemplazó por otra, comporta un “golpe institucional”, que hemos señalado enseguida en su momento, pero al que no se le ha dado la debida atención política. Estamos ante una decisión inconstitucional por parte del organismo encargado de controlar la constitucionalidad de las leyes. Semejante laberinto no tiene salida en el campo jurídico, pero justificaría un desconocimiento del fallo por parte del Legislativo. Para llegar a este extremo de confrontación, los jueces de la Corte deben haber concluido que había algo fuerte en juego, y que es precisamente la designación de los ocupantes de las vacancias en Comodoro Py. Salvo Lorenzetti, se decidieron por los candidatos opositores al gobierno. La Corte ha tomado en sus manos la selección del elenco de jueces que deberán intervenir en las causas que involucran a los jefes de los dos bloques –Cristina Kirchner, de un lado, y Mauricio Macri, del otro. Argentina experimenta con la Cortecracia.
La Corte se autodesigna como garante último de un régimen político, desnudando que el régimen republicano es la fachada de una clique de toga.