Balance de las elecciones de la Universidad de Rosario

Escribe Juan Cruz Mondino

Tiempo de lectura: 3 minutos

Luego de dos años de pandemia y a solo una semana del comienzo de clases, se realizaron las elecciones a Centros de estudiantes y Consejeros directivos de la Universidad Nacional de Rosario. La UNR alcanzó niveles de 50 % de deserción estudiantil durante la pandemia por responsabilidad de las camarillas universitarias.

La elección reflejó un avance de la Franja Morada, en sintonía con las elecciones de La Plata y la UBA. Las camarillas universitarias se valieron de dos años de virtualidad con promesas de “gestión” y sacaron provecho de la poca o nula organización del movimiento estudiantil. Este último punto fue responsabilidad de la conducción de la Federación Universitaria de Rosario, una coalición entre el PCR, Patria Grande, el Movimiento Evita y agrupamientos filo-kircheneristas como la Mate Cocido-MPE. La Franja pudo capitalizar el retroceso de las conducciones ligadas al Frente de Todos (en sus diferentes variantes), asociadas a la debacle de la economía y a un enorme ajuste sobre la población trabajadora y la juventud.

Las elecciones se dieron en un cuadro fuertemente privativo en lo que respecta al diseño de los padrones que reflejaban quien estaba en condiciones de votar. Los comicios, que históricamente eran desarrollados en marzo o abril, no permiten votar a los ingresantes, lo que configura una votación “de padrón” que favorece a la movilización de las camarillas y los grandes aparatos.

El avance de Bartolacci y la Franja Morada

La elección dio lugar a nuevos realineamientos. La Franja arrebató al FEU (PCR-ALDE, Patria Grande y Movimiento Evita) la conducción de las facultades de Psicología y de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. El peronismo “puro” que dirigía la Facultad de Derecho, el “Frente Patria” perdió el centro con la agrupación “1983”, de corte radical. En otras facultades, como Medicina, los radicales acortaron distancia frente al Alde, que pasó de tener 8 consejeros a 5.

La centroizquierda solo conservó los centros de Medicina y Arquitectura (PCR), y por un escaso margen conservó también el centro de la Facultad de Humanidades y Artes a través de la agrupación Mate Cocido (filo-kircheristas), en una de las votaciones más bajas de la historia de la facultad. Con estos resultados, la Franja queda en condiciones de ubicarse como la nueva conducción de la Federación Universitaria de Rosario. El Partido Socialista (MNR), que antes de la pandemia supo ser la conducción de la Federación y la agrupación que más centros dirigía (seis), se desplomó, reteniendo solamente los centros de Bioquímicas y de Ingeniería.

El triunfo electoral de las agrupaciones ligadas al rector Franco Bartolacci expresan una tendencia que verá sus contradicciones con la vuelta a la presencialidad total. El frente radical-peronista que gobierna el rectorado tendrá que lidiar con el acuerdo con el FMI y el ajuste sobre el presupuesto educativo y la universidad pública. Por lo pronto, esto se ha manifestado en un recorte en las becas, un aumento del precio de los comedores y una paritaria ruinosa para los docentes universitarios.

La izquierda

La votación de la izquierda ha sufrido un retroceso desde la última elección del 2019. El Frente de Estudiantes de Izquierda, que en aquel año se ubicó como tercera fuerza en una de las facultades más importantes en términos de activismo político, la Facultad de Humanidades y Artes, cayó al quinto lugar y perdió uno de los dos consejeros que tenía.

En Psicología, Ingeniería y Ciencia Política arrojaron, para el PTS resultados marginales. El PTS hizo hincapié en, los cursos y sus materiales, en Bregman y del Caño. El acuerdo con el FMI, el escenario de guerra imperialista mundial, quedaron relegados. La “Secretaria de Género” fue para el PTS el motivo casi único de agitación durante toda la elección. El Nuevo MAS, por su parte, desarrolló su campaña en los mismos términos, con sus propias figuras electorales. El MST, en cambio, desenvolvió una campaña de juntada de dinero para “el pueblo ucraniano”, sin mencionar al régimen político de Ucrania ni a la OTAN. El PO oficial denunció las condiciones edilicias.

Nuestra campaña

Política Obrera desempeñó su primera campaña electoral. Nuestra agitación relacionó los problemas de la universidad con la crisis social y política. Ligamos los problemas de infraestructura y hacinamiento al manejo discrecional de los fondos para las obras por parte de la gestión Morada durante más de 10 años.

Desde Política Obrera nos abocaremos a promover la unidad entre los docentes y los estudiantes por sus reclamos, mediante la elección de delegados, las asambleas de base y la deliberación en todos los cursos.

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