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El lunes 18 tuvo lugar la sesión extraordinaria del Consejo Directivo de Filosofía convocada para resolver medidas en torno a la gresca protagonizada por el FITU y el NMAS. En el curso de una hora se resolvió un repudio a los hechos, la apertura de una "comisión de investigación sumarial" y otra “comisión” que defina los usos de los espacios de la facultad. En oposición a la condena, por parte de la representaciones de profesores y graduados, los consejeros estudiantiles votaron, en el caso de la minoría (FITU), por la negativa y en el de la mayoría (El Colectivo), por la abstención.
El impasse del CEFyL
Horas más tarde se reunió la Comisión Directiva del Centro de Estudiantes en la expectativa -por enésima vez- de resolver este conflicto por medio de un acuerdo entre corrientes. La reunión, por supuesto, no pudo avanzar un milímetro. Absurdamente tanto el FITU como el NMAS, incluso El Colectivo, volvieron a proponer discutir entre ellos quien se queda con “el cartel”, objeto de la gresca, como si lo ocurrido estos días en Filosofía tuviera que ver algo con la cartelería. La pelea impactó entre los estudiantes, al punto que se han realizado reuniones y asambleas sin invitar a las agrupaciones. La deliberación corre por fuera del Centro, apenas pocos días después de que los estudiantes votaran por El Colectivo, primero, y el FITU, segundo. El voto de un "compromiso" que se había alcanzado entre las organizaciones involucradas, no fue respetado.
Sanciones
El inicio de una investigación por parte del Decano constituye un intento de explotar lo ocurrido para atacar la libertad de organización del movimiento estudiantil. Las sanciones que se empeñarán en imponer van en esa dirección; una gresca seguramente perjudica políticamente a sus protagonistas, pero no deja de ser parte de la democracia –hay grescas en los parlamentos y las había en el Senado de Roma. Estamos frente a un hecho político, para el cual no existe, ni debiera existir, un Código Penal universitario. Si la camarilla del decanato quiere dictar sanciones, que venga antes a discutirlas a una asamblea general debidamente preparada de docentes, no docentes y estudiantes. La gestión K de la facultad se cree la presidencia de la Corte en el Consejo de la Magistratura y la cabeza de un poder sancionatorio.
Probablemente la expectativa del FITU, del NMAS y del Colectivo sea atravesar todo el año discutiendo, entre ellos, sobre los carteles.. El kirchnerismo cogobierna la Universidad con “la derecha”. El Centro debe votar un resolución que advierta, por adelantado que desactará cualquier sanción mediante paros, huelgas y piquetes y la convocatoria a los estudianes de toda la UBA y de todas las Universidades.
El derecho a la acción política está fuera de temario.
