Un balance de las elecciones en Exactas

Escribe Micaela Diaz

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Las elecciones del CECEN colocaron como primera fuerza a la agrupación camporista "Identidad", con el 40,79% de los votos, desplazando nuevamente a Patria grande "FEM" quien obtuvo el 27,61 %. En tercer lugar, "La izquierda en Exactas" del FIT-U con el 14,95%, siguiendo la Franja Morada "Somos exactas" con el 9,46% y Política Obrera con el 2,16,%.

La primera conclusión que se desprende de la votación es la ausencia de un involucramiento y deliberación de estudiantes y docentes acerca de las condiciones de cursada y la vuelta a la "nueva normalidad". El tratamiento "express" de las elecciones impuestas por las autoridades buscó disimular el fracaso de las mismas luego de dos años de encierro educativo. No sorprende que frente a tamaña maniobra hayan vuelto a asumir (sin ninguna claridad política) los oficialismos de los distintos centros de estudiantes de la UBA.

El debate electoral estuvo signado por un "diluvio" de propuestas y proyectos completamente abstraídos de la situación del país y los problemas de la Facultad por parte de Identidad y el FEM, cada uno ligado a una fracción de la gestión de Exactas y del Frente de Todos a nivel nacional. Ambas agrupaciones buscaron disimular hasta el final su pertenencia al gobierno hambreador de Alberto Fernández.

Por su parte, La izquierda en Exactas, quien durante mucho tiempo había canalizado al sector más activista de la Facultad ha caído 10 puntos desde la última elección. Ella misma se ha adaptado a una jerga electoral, sin advertir la crisis terminal del gobierno nacional y el terreno de luchas que se abren producto de la ruina de nuestras condiciones de vida y su impacto directo en la universidad.

Es una izquierda que ha convocado a los estudiantes a votarla para “ingresar al consejo”, no como tribuna revolucionaria y socialista sino para “presentar proyectos”. Ha perdido el filo combativo y su adaptación al régimen universitario le costó la dirección de los centros de estudiantes y la conducción de la FUBA, hoy en manos de la Franja Morada. En Exactas su retroceso es definitivo.

Nuestra campaña

Política Obrera se ha presentado por primera vez, luego de las expulsiones y la crisis del Partido Obrero que ha tenido lugar producto del señalamiento de esta adaptación que hoy lleva a la izquierda a festejar ser “tercera fuerza” en Exactas.

Utilizamos estas elecciones apresuradas para pronunciarnos contra el carácter imperialista de la guerra y el acuerdo con el FMI por parte de un gobierno quebrado y sin salida, que profundizará la carestía y el sometimiento de nuestro país.

Es en este marco en el que se ajusta el presupuesto educativo y se remata la orientación de la investigación científica a los pulpos empresariales como es el caso de Shell. Hemos reclamado la publicidad y revisión de todos los convenios de la Facultad, colocando una consigna transicional que asegure el control docente y estudiantil y enfrente el deterioro laboral y académico que impulsan estos convenios. La consigna del FITU fue, en este punto, “abajo los convenios privados” evidenciando un rutinarismo y una predilección por la estatización del conocimiento.

En Exactas tenemos la imperante necesidad de recomponer los lazos del movimiento estudiantil y abrir un canal de organización y lucha: contra el hacinamiento en la cursada, los cupos que nos dejan afuera de la cursada y los labos producto de la falta de docentes y una férrea deliberación acerca de la orientación, condiciones laborales y de estudio de la investigación científica. La campaña de Política Obrera fue comentada en la Facultad por ser la única que se refirió a los enormes problemas políticos que ha abierto la guerra imperialista y la crisis terminal del gobierno. Se han acercado nuevos compañeros y se ha constatado el desarrollo de una corriente socialista en la Universidad.

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