ATE Cultura: la lista combativa revalidó su mandato
Tiempo de lectura: 3 minutos
El pasado martes 26 la lista Verde-Roja Celeste y Blanca del Ministerio de Cultura Nacional ganó por tercera vez consecutiva las elecciones de Junta Interna y conquistó 14 de los 20 sectores que conforman el cuerpo de delegados y delegadas.
La lista se impuso con 284 contra 244 votos frente a la Verde y Blanca que dirige la seccional capital del sindicato. Las elecciones que tendrían que haberse realizado en diciembre de 2021 se demoraron por la baja presencia en los edificios y esto permitió que la vyb afiliara un nuevo sector del ministerio: Tecnópolis. Esos más de 80 afiliados debían garantizarle la victoria, pero la suma de las elecciones en los museos nacionales contrarrestó los edificios administrativos en los que la vyb hace sentir el peso de los cargos de coordinación y jefatura junto con sus vínculos directos con los funcionarios.
El frente está constituido por activistas que integran la Agrupación 24 de Febrero, alineados a la Verde conducción de ATE Nacional, militantes de distintos partidos de izquierda y por trabajadores independientes de las más diversas orientaciones políticas. ATE Cultura nació en 2016 al calor de la lucha por las reincorporaciones, entre sus delegados y delegadas están quienes enfrentaron desde el estado el ajuste del 2001, los que se incorporaron en 2007 con la conquista del pase a convenio y los despedidos de la gestión macrista. Hoy son parte también aquellos compañeros y compañeras que nos vieron recorrer los sectores donde había presencialidad durante la pandemia y pelear por aumento para monotributistas, condiciones de trabajo, pase a convenio y recategorizaciones, entre otras conquistas de los últimos dos años. ATE Cultura no abandonó ninguna de sus funciones durante la pandemia, convocó asambleas virtuales para resolver de forma colectiva cada debate con la gestión y también estuvo presente para las compañeras que podían estar sufriendo violencia en el aislamiento además de movilizarse por el derecho al aborto.
Votaron 538 afiliados de los 852 que hay en el Ministerio de Cultura. Para las elecciones que están sucediendo en bimodalidad (virtual y presencial) en juntas y diversos sindicatos es una participación muy alta. Habla de un interés concreto de cuál será la conducción político gremial en los próximos dos años, a ningún trabajador se le escapa que depende de quién los represente como va a transitar el retorno a la presencialidad y a enfrentar el ajuste que está en marcha.
La diferencia entre el voto ideológico al que apela la vyb y el método de construcción del frente Verde-Roja.Celeste-Blanca, es clara. Pero esa diferencia no sólo existió, y existe, con la seccional Capital que privilegia sus intereses de aparato a los de las y los trabajadores, también se da con quienes conducen el sindicato a nivel nacional que han suspendido los plenarios – virtuales o presenciales- y las movilizaciones. Todos los últimos acuerdos paritarios los discutieron más con la secretaria de estado Ana Castellani que con los delegados, ni hablar con los y las trabajadoras.
El mandato que se acaba de renovar se da en el contexto de la creciente inflación- mundial y nacional- que ataca las condiciones de vida de las y los estatales como las del conjunto de la clase obrera. El promedio de los salarios en el Estado Nacional está por debajo de la línea de pobreza de forma sistemática. En ese contexto las tareas de la Junta Interna no pueden limitarse a las peleas sectoriales, porque no tenemos forma de romper el techo salarial dentro de los márgenes del ministerio. Los y las trabajadoras necesitamos un plenario de delegados que vote un plan de lucha para conquistar que la paritaria 2022 tenga como eje el salario igual a la canasta familiar y su indexación mes a mes.
Esta Junta Interna tiene la tarea de recuperar las asambleas presenciales para definir cuáles son las reivindicaciones necesarias para quienes nos votaron y para que todos los trabajadores incorporados recientemente se sumen a defender sus derechos junto a nosotros. Es un desafío importante que la diversidad de voces que integran el frente no puede eludir.
