Nota de tapa de Política Obrera N°44 edición impresa.
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El informe del Indec, que ubica en 96 mil pesos el umbral de la pobreza, muestra el fracaso del adelanto de las paritarias para superar la crisis del poder adquisitivo de los trabajadores.
Esa suma es la que han establecido los burócratas y las patronales para las primeras cuotas del aumento salarial que fue pactado. Hasta los 120 mil pesos de salario neto, el trabajador se encuentra entre la población “vulnerable”, porque cualquier aumento de la inflación lo llevará a la categoría de pobre.
El gobierno ‘nacional y popular’ no va a resolver el problema de la inflación -que crece sin interrupciones desde principios de 2018-, ahora bajo el impulso del 'gobierno popular'.
Todavía no se ha secado la tinta de la hipótesis de inflación del 31%, que estableció el Presupuesto 2022, nunca votado por el Congreso.
Menos aún de la meta de inflación, entre el 40 y el 48%, pactada luego con el FMI. Las paritarias del 60% anual en cuotas ya han sido superadas por el pronóstico de que alcanzará entre el 70 y el 80%, tarifas de servicios mediante –gas y luz, combustibles, salud y precio del trigo y del maíz-.
El adelanto de las paritarias, pactado por la burocracia con la UIA y el ministerio de Trabajo, sólo ha tenido el propósito de evitar huelgas y manifestaciones, la quiebra del control negociador de la burocracia y una huelga general.
Las patronales dicen ahora que los aumentos salariales echarán más fuego a la inflación.
Para encarar en serio la defensa del poder adquisitivo del salario, es necesario:
Este programa debe ser discutido en asambleas y congresos obreros, y debe ser impulsado mediante una huelga general.