Libertad y absolución para Rosalía Reyes

Escribe Agustina Vaccaroni

Tiempo de lectura: 3 minutos

Rosalía Reyes, madre soltera y trabajadora precarizada en la localidad de Argerich (Villarino), fue condenada en febrero a 8 años de prisión por la muerte de su bebé, ocurrida en el año 2005, hecho que sobrevino tras dar a luz en su casa, en compañía solo de sus cuatro hijos menores. Los jueces Daniela Castaño, Eugenio Casas y Eduardo D’Empaire, integrantes del Tribunal Criminal N° 3 de Bahía Blanca, la condenaron por homicidio agravado por el vínculo, casi 15 años después del parto y luego de permanecer detenida desde junio de 2019.

Rosalía trabajaba 12 horas diarias en un frigorífico avícola -creado por la Universidad Nacional del Sur- con un contrato precario. Era su único ingreso monetario para mantener a sus hijos. Ocultó su embarazo por temor a ser despedida.

Rosalía ingresó en trabajo de parto a la noche, luego de trabajar desde las 5 de la mañana hasta las 21 faenando pollos. Parió en el baño, con inmensos dolores y hemorragias. Tuvo un desmayo. Al despertarse, encontró a su bebé sin vida y, en un cuadro desesperante, lo enterró en el patio de su casa. Rosalía estuvo detenida un año y en 2006 el defensor consiguió una excarcelación extraordinaria mientras se sustanciaba el juicio. En ese proceso, la mujer huyó de la ciudad a conciencia de que una condena significaba que sus hijos fueran separados e internados en hogares. El calvario de Rosalía se reanudó en junio de 2019, cuando fue reconocida por una cámara en Retiro y detenida.

El aberrante fallo que la condena habla de “conductas omisivas” y que, por ser madre de otros cuatro hijos, Rosalía “tenía que saber cómo salvar al bebe”. Su abogada defensora, Fabiana Vanini, denunció la responsabilidad del Estado. Una madre sin estabilidad laboral, obligada a trabajar embarazada no es una homicida por tener que parir en su propia casa. Pero para la justicia las condiciones laborales semiesclavas nada tienen que ver con todo esto.

La condena fue, sin embargo, atenuada por “circunstancias extraordinarias de atenuación (…) una dura historia de vida, en donde el denominador común resultó el abandono a su suerte de la procesada por parte de sus ex parejas, madre de cuatro hijos de padres ausentes, sorprendida por un nuevo embarazo, lo que la llevó a trabajar durante largas y agotadoras jornadas para el sustento familiar, todo lo cual dan el marco que requiere la figura atenuada…la inminencia del parto, el alumbramiento sin asistencia, los dolores, el cansancio extremo, el temor por su estabilidad laboral han limitado su capacidad de razonamiento, llevándola a obrar de la manera que lo hizo”.

Esta determinante descripción, sin embargo, no estuvo al servicio de una absolución, sino de una condena. El objetivo del fallo es aleccionar a las mujeres pobres y trabajadoras, para quienes el “deber” de ser madre debe sobreponerse a la falta absoluta de condiciones sociales mínimas e incluso sanitarias. El Estado que no garantiza un trabajo en condiciones, obligando a madres a tener que trabajar todo el día para mantener a sus hijos y sin poder tener un servicio de salud adecuado, condena a las mujeres para disciplinarlas. El fallo, que convierte a la víctima en victimaria, refuerza la necesidad de que las mujeres contemos con el derecho al aborto legal, por un lado, el derecho a una maternidad plena, por el otro. Los jueces, por el contrario, trataron a Rosalía como una incubadora.

Desde el día 19 de marzo a las 19 Rosalía cumple prisión domiciliaria. Esta decisión, resistida fuertemente por el fiscal Jorge Viego, llega luego de la presión de organizaciones sociales y políticas, que acompañamos el pedido de domiciliaria presentado por la defensora. El escenario del 8-9M en Bahía Blanca también fue puesto a disposición de sus hermanas que denunciaron ante miles de mujeres lo que estaba padeciendo Rosalía. Finalmente se constituyó un comité por la libertad y absolución a Rosalía, una causa que alcanza a todas las mujeres.

El caso de Rosalía refuerza la necesidad de arrancar el aborto legal, seguro y gratuito, sin condicionamientos y garantizar ESI laica y científica, a los cuales Rosalía no accedió. Por el pase a planta y salario igual a la canasta familiar, que Rosalía no tuvo. Por guarderías en los lugares de trabajo y estudio, a los cuales sus hijos no tuvieron la oportunidad de concurrir. Por atención médica y psicológica y mayor presupuesto en salud, cuya ausencia llevó a esta situación desesperante a esta mujer trabajadora.

Por la libertad a Rosalía y por todas las Rosalías de la Argentina y el mundo.

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