Escribe Cacho Calarota
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Con la cobertura que les entregó Alberto Fernández, el DNU 297/20, su artículo 6, incisos 13 y 15, las agroexportadoras de la zona operan y operarán “normalmente”.
Por este embudo exportador de granos, aceites y derivados, un 80% de toda la producción del país. implica a las ciudades de San Lorenzo, Puerto Gral. San Martín y Timbúes - en promedio 10.000 a 12.000 camiones por día. Es la mayor ruptura de la “cuarentena” oficial.
La recepción de la cosecha gruesa de maíz y sobre todo soja, como es habitual en estas ciudades, bloquearán las tres vías de acceso. Largas filas de camiones sobre la banquina de la autopista Rosario-Santa Fe y las rutas y colectoras de acceso a las terminales portuarias. Todo se desarrolla ante la más absoluta impunidad.
Los agroexportadores siempre sometieron a los camioneros (que no pertenecen al gremio de Moyano) a un trato inhumano. Sin servicios de ningún tipo en las playas de las empresas, varados varios días hasta descargar. Sus baños son las banquinas, unos pocos acceden a las escasas estaciones de servicio para combustible, el agua la traen en un tanquecito bajo el chasis. Ni qué hablar de la práctica habitual a que son sometidos, fumigando semi clandestinamente la carga, porque si tiene gorgojos no lo dejan descargar. El boquilleado, descartando el grano con el plaguicida, se puede ver año tras año sobre las banquinas.
Como cita el inciso 15, “actividades impostergables vinculadas con el comercio exterior”. Al único sindicato que sacó un paro, desde el 20 hasta el 25 de marzo, fue URGARA (recibidores de granos), inmediatamente le dictaron la conciliación obligatoria. Su secretario general, Pablo Palacios, denuncia a las agroexportadoras por una interpretación aviesa del DNU. Lo hace para exculpar al mismo gobierno que decretó la imprescindibilidad de acopiadores, transportistas y terminales portuarias. Pero fue el único gremio nacional que intentó parar la actividad
En los puertos agroexportadores trabajan miles de obreros distribuidos en más de una docena de plantas - aproximadamente 10.000 aceiteros y a eso hay que sumarle otro tanto entre otros gremios y de empresas contratistas. Solamente en el sector “marineros” (amarre, mercantes, estibadores, patrones de barco, de cubierta) hay cinco gremios, de escaso número, pero con un poder demostrado en el pasado por el reclamo del “COPA”, de paralizar los barcos. Sumando a los camioneros que llegarán y descargarán varios días después (los usan como “silos móviles”), con los obreros de distintos sindicatos trabajando en los puertos, playas e inmediaciones. Tenemos 50.000 – 60.000 personas en contacto directo e indirecto (los camioneros van cambiando, rotando).
Una fantástica ruptura de la cuarentena bajo el paraguas del DNU presidencial.
La CGT local y todos los sindicatos involucrados como el SOEA SL y no ligados a la agroexportación deben convocar a un paro total indeterminado hasta que se suspendan el transporte, circulación y embarque de granos y derivados – y, de acuerdo a la opinión de los obreros, redactar protocolos estrictos, con atención médica incluida.
Hay que garantizar los salarios a los obreros de las contratistas, suspendiendo la actividad, y los fletes que no realizan a los camioneros.
Si solamente Vicentín defaulteó una deuda de U$D 1.300 millones, el dinero es lo que les sobra a los empresarios. Que todos los empresarios integren personal especializado de salud, para realizar test a todas las personas que ingresan a sus plantas.
La clase trabajadora, a través de sus delegados combativos y activistas del Cordón Industrial, deben sobrepasar a la timorata y acomodaticia burocracia sindical.
Plan de lucha, pese a la cuarentena trucha, aunque sea cuestionada por las redes sociales.
Están en juego la salud de manera inmediata, de toda la población del Cordón Industrial (Baigorria, Cap. Bermúdez, F.L. Beltrán, San Lorenzo, Puerto San Martín y Tímbúes), pegados a la segunda o tercera ciudad del país, Rosario.