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Si bien la histórica ola huelguista que se desarrolló a lo largo y ancho de Estados Unidos desde el comienzo de la pandemia ha bajado su intensidad, trabajadores de la Salud se encuentran en pie de lucha en diversos puntos geográficos del país.
350 enfermeros, técnicos radiólogos y terapeutas respiratorios de un centro médico privado de Newark, ciudad de New Jersey, están en huelga desde hace más de 3 semanas. En el estado de Minnesota -donde en abril hubo un paro de 1700 enfermeros y en mayo otro de 400 trabajadores de salud mental- la MNA, un sindicato que agrupa a 15000 enfermeros, tuvo que realizar un "piquete informativo", para reclamar la negociación de un nuevo convenio colectivo. Por este motivo, 1200 médicos de hospitales públicos de Los Ángeles y 3000 enfermeros y cuidadores que trabajan en el área privada de San Diego, ambos en California, dieron mandato de huelga, por unanimidad, a las direcciones de sus respectivos sindicatos.
La gestión criminal de la crisis humanitaria pandémica redundó en jornadas laborales maratónicas y en riesgo sus vidas -lo que sigue sucediendo. Otro factor es el pico histórico de inflación, que en mayo llegó al 8.5% anual. La subcontratación y los seguros médicos deficitarios. Las reivindicaciones agrupan a aumentos salariales, reducción de la jornada laboral, cese de contratos basura, mejoras en los servicios médicos y contratación de nuevo personal.
El rol de las direcciones de gremios y centrales sindicales, en su gran mayoría integradas al Partido Demócrata, es siempre el mismo: transar con las patronales e intentar por todos los medios desbaratar las huelgas -aunque los afiliados hayan votado abrumadoramente por su realización.
A lo largo y ancho de EE. UU. Están expirando los contratos colectivos de trabajadores de la Salud, lo que traerá nuevas luchas y nuevos desafíos para todo el sector.
