Municipales de Posadas: todos a la huelga

Escriben Mario Coutouné y Cristian Silva

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Los trabajadores municipales de Posadas están en huelga por el pase a planta de los compañeros precarizados.

La movilización arrancó en protesta por el fallecimiento de un compañero. Cayó del camión recolector de basura cuando retrocedía y fue aplastado por este. Ningún camión cuenta con cámaras traseras. El compañero era precarizado. Su salario apenas llegaba a los $40.000 y un gran porcentaje eran tickets canasta. Así se encuentran unos 128 trabajadores del sector, manifiestan los huelguistas, sin ART, obra social ni aportes jubilatorios.

La respuesta del Estado fue enviar funcionarios para apretar para que se levante la huelga a cambio de nada. Su continuidad tuvo una segunda respuesta: el intento de desalojo policial de la base de operaciones de servicios públicos. La policía cargó disparando balas de goma a quemarropa, produciendo heridas a muchos compañeros. La resistencia de los trabajadores impidió el desalojo y la movilización posterior obligó al gobierno a retirar a las fuerzas. Más tarde se acercaron concejales de la UCR, que finge ser opositora, pero fueron echados a los gritos por los trabajadores, luego de un áspero cruce. Los concejales radicales son denunciados por los laburantes como cómplices de la política oficial.

La huelga se extendió abarcando al edificio central de la municipalidad, con cortes de calle, y a todas las delegaciones municipales. Los trabajadores denuncian el vaciamiento del servicio público de recolección de residuos. Afirman que los camiones no tienen el mantenimiento adecuado y eso pone en riesgo sus vidas; les están entregando una muda de ropa por año cuando el mínimo debería ser dos -y es poco-; denuncian que ante lesiones incluso gravísimas no son atendidos.

Su vaciamiento tiene un propósito: preparar las condiciones para la privatización de los servicios municipales a manos de AESA, empresa que es subsidiaria de la multinacional VEOLIA, un pulpo dedicado a servicios de agua, electricidad y recolección de residuos. El gran bocado para esta empresa es la privatización de la empresa de energía local.

Esta política tiene como base el trabajo esclavo de miles de compañeros que a diario barren las calles y cobran el Potenciar Trabajo y a veces ni eso, sino solamente la promesa de recibirlo, de la mano de las organizaciones sociales progubernamentales.

El estado municipal, como el provincial, está plagado de contratados, becarios y otras formas de precarización; convoquemos a una Asamblea de Trabajadores municipales y provinciales para un plan de lucha común, por el pase a planta y para que el conflicto triunfe.

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