Escribe Daniel Blanco
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La falta de abastecimiento de gas oíl, la suba exorbitante de su precio al igual que otros insumos usados en el transporte de cargas, ha terminado desatando un conflicto, que envuelve a la Asociación de Transporte de Cargas que ha declarado un paro por tiempo indeterminado reclamando que garantías en el abastecimiento del gas oíl, la actualización de las tarifas de transporte de acuerdo a la evolución del precio del combustible y otros insumos y un subsidio por 12 meses por la suba de los combustibles en cumplimiento con la Ley de Abastecimiento.
El conflicto tiene su epicentro en Tucumán pero como reguero de pólvora se está extendiendo al resto de país. En el caso tucumano, la ATC ha instalado retenes en las principales rutas impidiendo el paso de los transporte de carga, una medida que ya está produciendo la paralización de la zafra azucarera y la cosecha del limón y otras producciones. A partir de este miércoles los retenes (piquetes de la ATC) se han instalado en la autopista Buenos Aires-La Plata a la altura del peaje de Dock Sud. También hay retenes de transportistas en el cruce de las rutas 12 y 18 en Entre Ríos; hay varios retenes en diversas rutas en la provincia de Santa Fe, otros sobre la autopista Rosario-Córdoba y en la provincia de San Juan entre otros puntos.
En el caso de Tucumán, en el día de ayer, se produjo un violento enfrentamiento cuando sectores organizados por uno de los principales empresarios de la provincia, Rocchia Ferro, titular de la Unión Industrial de Tucumán y dueño de varios ingenios y otro sin números de empresas, promovió junto a la burocracia del sindicato de obreros del ingenio La Florida un intento de romper el bloqueo de unos de los retenes ubicado en la cercanía del ingenio, lo que terminó precipitando un violentísimo enfrentamiento e intervención policial dejando un saldo de varios heridos y una veintena de detenidos entre los sectores que respondían a Rocchia Ferro.
La ATC ha denunciado la diferencia de precios del gas oíl del interior que oscila en los 180 y 185 pesos con Buenos Aires, que oscila en los 110 y 115 pesos la misma carga. Denuncian que de esa manera no pueden competir con los fletes porteños señalando que los limones de exportación son llevados por fletes de Buenos Aires que cargan el combustible en origen y les alcanza para el retorno. También denuncian que en las estaciones de servicio solo abastecen parcialmente los requerimientos de gas oíl, y que para ampliar la carga ya elevan el precio a 230. Han denunciado que el encarecimiento del gas oíl en el interior es porque las petroleras han acentuado el corte con biocombustible (en el caso tucumano con bioetanol) cuyo precio está subsidiado por el estado. Precisamente, el ingenio La Florida de Rocchia Ferro es uno de los mayores productores de bioetanol del país y las medidas afectan directamente uno de sus más importantes negocios.
Por su lado, la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (APRONOR) han salido a respaldar a los transportistas y denunciaron que “al no tener camiones por la falta de combustible nosotros no podemos cumplir esos contratos de entrega, no nos ingresa dinero y no tenemos para cubrir los cheques que hemos emitido durante la campaña” (la Gaceta 22-06).
La cuestión crucial para los trabajadores, es asegurar que se paguen los jornales. De lo contrario se estaría ante un locaut. Que los sindicatos se pronuncien al respecto, y que también se autoconquen asambleas.