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El 24 de junio va a ser un día inolvidable para las mujeres: la Corte Suprema anuló el fallo Roe v. Wade, que elimina el derecho constitucional al aborto después de medio siglo. El dictamen deroga un fallo que prohibía que los estados bloquearan los abortos antes de la viabilidad fetal (actualmente alrededor de 23 semanas).
El embate contra las mujeres, por supuesto, se propone ir más lejos. Los cavernícolas tienen muchos otros proyectos en carpeta. Por ejemplo, limitar el derecho a la anticoncepción: varios estados ya permiten que los médicos y farmacéuticos se nieguen a recetar o dispensar anticonceptivos, según el Instituto Guttmacher, que está a favor del derecho al aborto.
En lo sucesivo, los Estados antiabortistas tendrán la vía expedita. Al menos 21 estados tienen ya leyes o enmiendas constitucionales contra la interrupción del embarazo e irán a la prohibición total, según el Instituto Guttmacher. Es probable que se suman otros cuatro (NYT 24-6).
El dictamen de la Corte avala una ley que prohíbe los abortos después de la semana 15, aprobada por la Legislatura de Mississippi, dominada por los republicanos. Es el modus operandi de las legislaturas republicanas del cinturón bíblico, que hoy se llevan un gran triunfo.
Otro tanto vale para Donald Trump, que cumplió su promesa de que los jueces que él eligió barrerían con Roe vs Wade. Por lo pronto, el fallo muestra la impotencia de demócratas y liberales para impedir que los republicanos fueran armando una corte de jueces ultraconservadores a su gusto, mascarón de proa de un andamiaje legal que intenta arrasar con los derechos democráticos.
En opinión del New York Times, es “una decisión que transformará la vida estadounidense, remodelará la política de la nación y conducirá a prohibiciones casi totales del procedimiento en aproximadamente la mitad de los estados”.
Aunque la anulación de Roe v. Wade no indica que la Corte vaya a revisar el derecho a controlar la natalidad, el juez Clarence Thomas escribió que los jueces deberían reconsiderar “todos los precedentes sustantivos del debido proceso de este Tribunal”, incluido el caso de Griswold v. Connecticut, que declaró inconstitucional la prohibición de los anticonceptivos. Distintas presentaciones judiciales de los grupos provida equiparan los anticonceptivos de emergencia y los DIU con el aborto.
Diversos economistas afirman que la expansión del acceso al aborto iniciada por Roe vs. Wade redujo la maternidad adolescente en un 34 % y el matrimonio adolescente en un 20 %.
El fallo de la Corte prueba que no hay derecho consagrado ad aeternum. En el declive del régimen capitalista la tendencia, por el contrario, es a derogar las conquistas que arrancaron los oprimidos en otras etapas. Algunos estados, como Texas, han instituido el 24 de junio como feriado.
El movimiento de mujeres de Estados Unidos fue el pilar de la llamada segunda ola del movimiento feminista, que arrancó no solo el aborto sino varios centenares de leyes que permitieron un acceso más igualitario de las mujeres a la educación y al trabajo, jardines de infancia, licencias maternales, etc. La derecha religiosa ha logrado que las jóvenes norteamericanas tengan hoy menos derechos que sus madres y sus abuelas.
Sin embargo, las mujeres norteamericanas fueron la columna vertebral de la oposición a Trump desde antes de que asumiera, y protagonistas de la lucha contra el racismo y la violencia policial después del asesinato de George Floyd. Las obreras jóvenes son parte de la lucha por la sindicalización que arrinconó a Amazon, Starbucks y otras empresas. Es indispensable que el movimiento de mujeres rompa el corsé del partido demócrata para pulverizar a los fascistas.
Agarrate Catalina, que vamos a cabalgar.