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Alberto Fernández realizó una visita no oficial a la provincia para ver a Milagro Sala, internada por una trombosis venosa profunda en una clínica de San Salvador de Jujuy. En un acto en Alto Comedero, por su parte, el gobernador Gerardo Morales repudió el hecho y llamó a AF a dejar de gobernar para una facción; agregó que desea la pronta recuperación de Sala, para que pueda cumplir su condena en una cárcel común.
El caso de Sala se ha convertido en la detención preventiva más larga de la historia del país, superando ya los seis años; arrancó con su detención por un acampe en Plaza Belgrano, en el marco de una jornada de lucha piquetera, a la que luego se le fueron sumando una infinidad de causas judiciales abiertas para estirar su detención. Al día de hoy, las causas con sentencia firme han dictado penas menores al tiempo que ya lleva detenida, y la famosa ´mega causa´ por el desvío millonario de fondos públicos destinados a la construcción de viviendas, sigue sin avances significativos, fundamen-talmente, debido a la evidencia que resume la complicidad de todo el aparato político radical y peronista junto a empresarios, socios de la faena.
La caída en desgracia del enorme aparato que Milagro supo dirigir comenzó bajo propio kirchenrismo, en su etapa final.
Frente a su creciente reclamo de mayores recursos y la incapacidad de controlar hasta el final a la Tupac, se empezaron a producir los primero choques de Sala con el kirchnerismo. En una movilizacion de ATE brutalmente reprimida por el gobierno de Fellner, Sala levantó el planteo en una asamblea de “que se vaya a la mierda el kirchenrismo”. Luego fue mantenida a raya con una causa judicial por un escrache al entonces senador Morales, causa que se mantuvo en vilo hasta su asunción como gobernador, a pesar del pedido de probation de la propia Sala.
Bajo este esquema -y el agotamiento de los recursos nacionales que alimentaban a su movimiento-, Sala arma su propio partido, el FUyO (Frente Unidos y Organizados), que significó la primera quie-bra del PJ para la posterior derrota frente a Morales. Lo enfrentó el propio aparato que construyó el PJ en alianza con Sala para contener las rebeliones populares en la provincia, que voltearon varios gobernadores en la década del 90.