Río Negro: los trabajadores de la salud pueden ganar

Escribe Elena Florín

Todo el apoyo por su triunfo.

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Desde que se llevó a cabo la reunión de los trabajadores de la Salud con la Mesa Sectorial el último jueves 23 de junio corrió mucha agua bajo el puente.

El gobierno ofreció un bono de 7% para los no médicos (anteriormente había ofrecido 20% a los médicos), que las Asambleas Hospitalarias reunidas ese mismo día rechazaron ese ofrecimiento y votaron seguir con el paro por tiempo indeterminado que se había pausado dos días antes a la espera de la reunión con el gobierno. En el Plenario de Delegados que recoge las resoluciones de las asambleas, tras una larga reunión, se aprobó continuar con el plan de lucha, con asambleas permanentes, paros y medidas sorpresivas, pero no el paro por tiempo indeterminado. El mandato de las asambleas fue reemplazado por un paro acotado, de 24 horas, el jueves 30 de junio en toda la provincia.

Pero la voluntad de lucha de los trabajadores de base es firme. Las medidas vienen teniendo repercusión en toda la provincia. En Bariloche, epicentro del conflicto, los trabajadores plantean un acampe en el Centro Cívico al mismo tiempo que el paro.

El gobierno ha tomado nota de esta consecuente lucha de las asambleas hospitalarias. Esta semana otorgó dos reclamos muy sentidos: la jubilación anticipada y el cómputo de 2 x 1 de los aportes para los trabajadores de salud que hayan trabajado efectivamente durante la pandemia; y, por otro, la recategorización de los estatales, una deuda histórica. Son 4.500 trabajadores, de los cuales 2.577 son de salud y 1.477, de educación. Una conquista inequívoca de esta lucha. El gobierno pretende hacer pasar esas resoluciones como parte de los “acuerdos logrados por ATE”, que ha sido un peso muerto para la lucha. Los trabajadores saben bien que sin los paros y los cortes de ruta nada de esto se hubiera conseguido.

Ahora se reabre la paritaria estatal. Es la ocasión de preparar entre todos el pliego de reivindicaciones en asambleas y plenarios, con eje en el salario mínimo equivalente al costo de la canasta familiar y el blanqueo de las cifras en negro, que alcanza al 60% del salario; ese fue el reclamo que despertó el movimiento. Si logramos imponer las recategorizaciones y la jubilación anticipada, podemos conseguir el salario que necesitamos.

La lucha de los trabajadores de la salud de la provincia es un ejemplo para todos los trabajadores – estatales y privados.

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