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La designación de Silvina Batakis ha recibido un apoyo generalizado del arco político patronal capitalista salteño. A los apoyos camporistas y cristinistas se sumó el del gobernador Sáenz y los principales miembros del gabinete provincial. Destacaron el “trabajo común previo” de la funcionaria con el gobierno de la provincia y la urgieron a ratificar los convenios de financiamiento de obras públicas. Al coro pro-Batakis se sumaron también diferentes representantes de la corriente de Urtubey, quien ya ha navegado por todas las tiendas políticas y las que vendrán.
Batakis ha sido una pieza clave en la cooptación de los gobernadores e intendentes por parte del gobierno nacional. Como secretaria de Provincias del Ministerio del Interior, que conduce Wado de Pedro, “reperfiló” las deudas provinciales con Nación en 2020 y estuvo a cargo del Fondo Fiduciario de Infraestructura Federal. También ha participado activamente en la confirmación de la mesa del Litio, entre Salta, Jujuy y Catamarca, para generar un plafón fiscal y legal común para la explotación minera. También ha garantizado el financiamiento de obras públicas en el casco céntrico de la capital, como lo exigían los pulpos inmobiliarios y del turismo.
Para Sáenz, la llegada de Batakis es una señal de más “federalismo”. Se refiere a la financiación de la obra pública caminera, conectividad y electricidad; precios diferenciados en el combustible; una reserva local de gasoil; y la modificación, por sobre todo, del régimen de coparticipación federal y de subsidios al combustible y los servicios públicos.
La burguesía y los terratenientes salteños no paran de saludar el boom del litio, y los subsidios cambiarios para el turismo extranjero. Todos los colores políticos reclaman, bajo este enfoque, un inmediato plan de estabilización. Esto significa liberar el mercado de cambios al ingreso y egreso de capitales, lo que conlleva una devaluación "virtuosa" del peso, a eliminar los subsidios al gas y la electricidad en un plazo corto, y a subir fuerte la tasa de interés. Batakis debería ser para los barones del litio la Milei del libertinaje financiero. Desde esta posición, peronistas y macristas operan como un grupo de presión, con intereses definidos, en la presente crisis política. CFK ha sido, por su lado, una adelantada de los intereses mineros, arrancando desde Santa Cruz, y una puntera de Barrick Gold. La especulación con la minería ha desatado la especulación inmobiliaria y convertido en una pesadilla las necesidades habitacionales de los trabajadores.
Los medios de comunicación se han cuidado de no cargar las tintas acerca de la condición minera de Batakis. Por otra parte, no sorprende que con semejante curriculum -la ex Franja Morada de Economía de la UBA- se haya apresurado en ofrecer garantías de continuidad al FMI y al Club de Paris.