Santa Fe: secundarios y terciarios se ponen al frente de la lucha estudiantil

Escriben Vicky Medina y Mauri Colón

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En las últimas semanas la ciudad de Santa Fe volvió a sentir el movimiento estudiantil. En el epicentro estuvieron el Instituto Superior del Profesorado N°8 Almirante Guillermo Brown y la Escuela Normal Superior de Comercio Domingo Guzmán Silva, donde se han llevado a cabo diferentes actividades.

En el ISP N°8 el reclamo es por el edificio propio. Allí funcionan las escuelas primaria, secundaria y de idiomas, aparte del Instituto. Problemas estructurales, hacinamiento en las aulas y sanitarios destruidos son algunos de los problemas que llevaron a que hoy muchas comisiones de las carreras deban cursar en otros establecimientos. Estas cuestiones se vieron agudizadas con la pandemia y la posterior vuelta a la presencialidad, donde el edificio no tuvo ningún tipo de arreglo y a raíz de esto tuvieron que recortarse los cupos de las 11 carreras que se cursan en el Instituto.

La promesa del edificio propio se renueva todos los años, pero no se materializa. En febrero de este año, el Ministerio de Educación se reunió con directivos y representantes del Centro de Estudiantes del Instituto –dirigido por la agrupación “La Walsh”- para presentarles un proyecto de construcción de un edificio que se ubicaría detrás de la Casa de los Gobernadores. Pero mientras los estudiantes del ISP N°8 esperan por el edificio propio, el gobierno no renovó el contrato de alquiler del anexo de San Jerónimo al 2700, que ayudaba a descomprimir un poco la situación. En su lugar se les ofrecieron aulas del Colegio Nacional, otro edificio en pésimas condiciones, las cuales serían acondicionadas por el Ministerio de Educación. En el Colegio Nacional ya funcionan dos diferentes escuelas en tres turnos y algunas oficinas de un ministerio provincial.

Al no ver avances con el proyecto del nuevo edificio, los estudiantes, docentes y no docentes del Instituto volvieron a la calle para tener alguna respuesta. Clases públicas y sentadas fueron las actividades llevadas a cabo, y una marcha propuesta hacia las oficinas de la DIPAI, quienes se encargan de las obras de infraestructura en la provincia, pero La Walsh se encargó de desmovilizar ante una llamada virtual de los funcionarios de la misma. A partir de las acciones llevadas a cabo por los y las estudiantes del ISP se presentó, finalmente, el proyecto estructural a los estudiantes para que pudieran evaluarlo y hacer sus apreciaciones.

Por otro lado, la situación de la Escuela Comercial no es mejor. Este es otro establecimiento que cuenta tanto con la escuela secundaria en dos turnos como con un Instituto Superior en el turno noche. La aparición de roedores y aves muertas durante las últimas semanas, sumada a malas condiciones edilicias y sanitarias, llevó a los estudiantes a realizar una actividad que visibilice estos problemas. Así, hace unas semanas se realizó una sentada y un abrazo simbólico al edificio.

Ante el reclamo, desde el gobierno provincial aseguraron que la plata está y que fue entregada a los directivos y al personal de la cooperadora de la escuela en 2019, pero esta no aparece o al menos no fue utilizada para tal fin. A raíz de esta acusación los directivos e integrantes de la cooperadora fueron desplazados de su cargo. Dónde está la plata sigue siendo una incertidumbre. Se tomaron algunas medidas desde la Regional IV de Educación y se comenzaron algunos arreglos técnicos, se llamó al control de plagas, etc., pero es improbable el avance de las obras en la situación en la que se encuentra ahora la escuela.

La debacle de las condiciones de estudio

Las pésimas condiciones edilicias no son cuestiones aisladas, sino que forman parte de un conjunto de medidas dispuestas a partir de los recortes de presupuesto y de la agudización de las condiciones materiales de vida en general.

El Presupuesto 2022 de la provincia de Santa Fe destinó un 18% de su total a Educación y 4% a obras de infraestructura y, dentro de este, se destina el 10% (aproximadamente) para infraestructura escolar y cultural, poco más de $9,4 millones. Estos números resultaron ser insuficientes para poner en condiciones los establecimientos educativos provinciales que tienen problemas sanitarios, estructurales y de calefacción que no se resolverán de la noche a la mañana y que han atravesado a todos los gobiernos provinciales del PJ y el PS.

El panorama vuelve imprescindible la coordinación de todas las luchas que el movimiento estudiantil lleva a cabo en la ciudad. La organización de asambleas y el desarrollo de planes de lucha para salir a las calles con nuestros reclamos debe replicarse en todos los centros de estudio.

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