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La empresa Nevares, una alimenticia radicada en el Parque Industrial de Tortuguitas, iniciará a partir del lunes próximo una parada de planta sorpresiva por falta de insumos. Con tal motivo, anunció a los trabajadores de producción que les daba la opción de tomarse vacaciones anticipadas o de ser suspendidos sin goce de sueldo. Los trabajadores de depósito y de mantenimiento continuarán trabajando normalmente.
La medida original, comunicada ayer, era por una semana, según los voceros de la empresa por falta de cacao. Finalmente, la parada durará dos semanas. Un dato importante es que la comunicación de la noticia -léase la extorsión a los trabajadores- la empresa la dejó en manos de los delegados que responden al STIA de la provincia de Buenos Aires. Es ejemplar que mientras la CGT y los sindicatos peronistas vociferan contra los "formadores de precios", en las fábricas los delegados actúan como voceros de estos y le hacen el trabajo sucio.
Nevares desde hace tiempo que ha dejado de ser una PyME. Hoy tiene dos plantas: una en Tortuguitas -Malvinas Argentinas- y otra en la localidad de Carlos Keen. La empresa produce chocolates, budines, pan dulce, alfajores, etc., para el mercado local y para exportación. Es reconocida en la Zona Norte por estar a la vanguardia de la precarización laboral. Las suspensiones sin goce de sueldo y sin negociación de ningún tipo son una clara expresión de que tiene aquella fama bien ganada. La empresa no parece tener ninguna crisis que justifique las suspensiones sin goce de sueldo: próximamente invertirá en automatizar el envasado de la línea 4 y se apresta a inaugurar la producción de budines en la planta de Carlos Keen. Tampoco se ha dado a conocer que haya iniciado el trámite del Recurso Preventivo de Crisis frente al Ministerio de Trabajo. En definitiva, la empresa se vale de la complicidad del STIA de la provincia de Buenos Aires y de los delegados para avasallar los derechos de los trabajadores. Nevares pasó sin escalas de exponer a sus trabajadores a la pandemia como "esenciales" a suspenderlos por dos semanas como si fuesen descartables.
Los trabajadores de los tres turnos de Nevares rechazan esta "propuesta". Se empieza a generalizar el reclamo de la renuncia inmediata de los delegados, por actuar como agentes de la empresa. Hay quienes incluso impulsan denunciarlos ante el Ministerio de Trabajo. La decisión de rechazar la propuesta de la empresa debería realizarse en asamblea de cada turno.
La falta de insumos empieza a ser un problema común en varias industrias y, de sostenerse en el tiempo, las suspensiones pueden pasar a ser un problema capital para la clase obrera. La escasez de insumos es consecuencia de la desorganización capitalista de la sociedad -en su punto más alto, la guerra- y los costos que genera deben ser pagados por la clase responsable de haberla creado. Los trabajadores de Nevares no tienen ninguna responsabilidad en el párate de las próximas dos semanas, por lo que deben cobrar la totalidad de sus salarios.
