Paritarias telefónicas: la directiva impone acuerdo a la baja

Escribe Flavio Pereyra – Delegado Foetra

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Convocado a última hora del viernes, la dirección de FOETRA convocó a plenario de delegados por las paritarias. El plenario resolvió la aceptación de la propuesta acuerdo que trajo la conducción con las cámaras patronales. Sin embargo, también se manifiesta una tendencia de rechazo a la política salarial de la directiva en edificios muy importantes.

Con un 10% para julio -que se incorpora a las escalas en agosto-, y un pago de 8% en septiembre -que se incorpora a las escalas en octubre-, el acuerdo salarial establece un 18% para un primer tramo de 3 meses (que se implementará en 4).

Para las escalas más bajas, como la 3, o las del sector comercial en el convenio móvil, la actualización según la inflación los condena a un salario debajo de la línea de pobreza.

La compensación establecida como pago por única vez -$3.115 en septiembre para categoría 4 de tasa y teco- pretende compensar la pérdida salarial ocasionada por el hecho de que las sumas se incorporan al básico parcialmente. Pero no compensa ni el 10% de lo que perderemos en septiembre.

Otra vez, este acuerdo será largamente superado por la inflación, especialmente de alimentos, prepagas y educación. Por otra parte, los ajustes fiscales a los que se comprometió la nueva ministra Batakis impactarán en la quita de subsidios a los servicios y un salto exponencial en el valor de las tarifas de consumo familiar.

El acuerdo contabiliza los incrementos en cuotas con base fija en el último mes del acuerdo paritario anterior, mientras la inflación se acumula mes a mes, produciendo año a año una pérdida salarial creciente. Una fórmula de empobrecimiento que impone la burocracia de la CGT y la CTA al movimiento obrero y también la conducción Azul y Blanca de FOETRA.

Nuevamente se posterga la aplicación del convenio de telefonía fija a los trabajadores de Personal, absorbidos por Telecom, violando el convenio y marcando un negativo precedente, ya que se debe aplicar el convenio por empresa, superior al de actividad.

La tardía convocatoria al plenario no es fortuita. Lejos "del mejor convenio del movimiento obrero argentino", como alguna vez se jactó el secretario adjunto, Claudio Marín, esta vez abrió el plenario avisando que "ningún acuerdo le gana a la inflación y los trabajadores siempre pierden"– abrió el paraguas.

Anunciando la entrega, el plenario fue convocado entre gallos y medianoche, con el único objetivo de evitar una deliberación y un pronunciamiento de las bases. La disconformidad con el salario es de larga data.

La directiva ha aportado su cuota -como la CGT y la CTA- a la "gobernabilidad" del "gobierno nacional y popular", llegando a compromisos con las patronales.

Las pocas asambleas que se realizaron manifestaron rechazos o votaciones de hastío. La burocracia perdió en las asambleas que se realizaron en República, Ramos, Vernet, Piedras, Clínicas. En muchos lugares donde no hay oposición, no se las convocó; en algunos casos, se hizo el día posterior a la firma, con los hechos consumados.

Los delegados de nuestra agrupación Naranja Mayoría y otros también opositores llevaron el mandato de las asambleas. Ante las denuncias y reclamos, en el cierre del plenario Marín evocó de forma muy singular el concepto de democracia: "El que pierde la votación no puede salir a decir otra cosa que no sea lo que dice la mayoría". En lugar de utilizar las votaciones para unir las posiciones de los trabajadores en la unidad de acción contra la patronal, pretende utilizarla para regimentar a los trabajadores.

Hoy la burocracia enfrenta una crisis política que repercute en su propio seno, producto del derrumbe del gobierno, lo que profundiza la necesidad de cerrar la deliberación. Estas contradicciones o diferencias políticas tuvieron una expresión solapada.

En el plenario, hubo delegados que llamaron al apoyo al Gobierno, incluso a Batakis, que prometió cumplir a rajatabla con el FMI; otros caracterizan un golpe de la derecha (cuando fue CFK la que le serruchó el piso a Guzmán). Cualquier escenario político futuro será sacudido por las sucesivas crisis del régimen al ritmo de la crisis económica. El control político de la burocracia en el gremio, dominio que impone y deforma el plenario de delegados como expresión de los telefónicos, deberá pasar varias pruebas.

En defensa del salario, de las condiciones de trabajo desde la Naranja Mayoría en Política Obrera llamamos a rechazar este acuerdo. Organizarnos y prepararnos para la lucha unitaria en todo el gremio, en todo el país en conjunto con toda la clase obrera para rechazar los planes de ajustes del FMI y los gobiernos ajustadores.

Todos los adicionales al básico. Por el pase de convenio de personal. Por un piso salarial mínimo equivalente al valor de la canasta familiar, que en junio superará los $170.000 según según ATE Indec, o $200.000 según consultoras privadas.

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