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Más de 3.000 militantes del Polo Obrero Tendencia se reunieron este sábado en el microestadio de Lanús en una Asamblea Nacional Abierta. Simultáneamente, hubo reuniones en otras 30 ciudades de todo el país, que participaron de manera remota.
Además de la presencia numerosa de trabajadores desocupados y precarizados, participaron textiles, portuarios, molineros, docentes, estatales, de la salud, del neumático, entre otros. El informe inicial estuvo a cargo de Eva Gutiérrez y Jorge Altamira brindo el discurso de cierre.
1 La Asamblea abierta convocada por el Polo Obrero Tendencia se reúne en momentos de grandes desafíos para la clase obrera.
El Estado se encuentra en cesación de pagos, al igual que lo estaba en 2018-2019. Es parte de una gigantesca crisis mundial y de una guerra imperialista que se extiende a nivel mundial, a través de una militarización creciente, el enfrentamiento entre bloques político-militares, crisis de regímenes políticos y un derrumbe económico, en especial la bancarrota de la deuda pública. Esta Asamblea reivindica la unidad de la clase obrera internacional contra la guerra imperialista, y llama a transformarla en una guerra contra los gobiernos imperialistas, por medio de una acentuación de la lucha de clases y la preparación de una salida revolucionaria.
2 Argentina se encuentra en cesación de pagos y en el camino a una crisis hiperinflacionaria, y el empobrecimiento general expresa la crisis terminal del gobierno del Frente de Todos. Todas las clases sociales se encuentran sacudidas por esta crisis, en función de sus intereses antagónicos. Esto significa que tiende a la creación de una situación revolucionaria.
Se desarrolla una crisis política terminal, y al mismo tiempo una escalada de movilizaciones, huelgas y luchas parciales. Las burocracias sindicales de la CGT y de la CTA sostienen su compromiso de hierro con el gobierno y el FMI. Cualquier desmarque futuro será la expresión de que las masas han ganado la iniciativa política. Las luchas reales son impulsadas por direcciones obreras independientes, autoconvocatorias o coordinadoras. Las direcciones oficiales o cayetanas del movimiento de desocupados, que se han integrado a la gestión del Estado, han comenzado a trastabillar. Buscan ahora un punto de apoyo adicional, por medio de una integración de las organizaciones sociales independientes. La crisis que comienza a instalarse en las direcciones tradicionales son la expresión del ingreso a una etapa pre-revolucionaria.
3 Desde antes incluso de la hiperinflación de Alfonsín, se han desarrollado iniciativas de autogestión y cooperativas, que no han asegurado el derecho al trabajo. Por el contrario, la desocupación y el trabajo precario no han hecho más que acentuarse. La llamada “economía popular” es un régimen de precariedad laboral y de pobreza. Se ha puesto bajo la tutela del Estado, en un régimen de cooptación política. La lucha contra los despidos y contra el desempleo y la pobreza -por el derecho al trabajo- debe organizarse a través de la huelga general y la ocupación de empresas. Asimismo, por medio de un plan de lucha por el reparto de las horas de trabajo disponibles y de un plan de obras públicas, que son necesarias más que nunca.
4 La palabra de orden de las patronales y del Estado es que en el marco de una crisis económica y de una inflación creciente, no es posible aumentar los salarios y las jubilaciones; que para ello es necesario salir antes de la crisis por medios capitalistas. Se trata de un sofisma – lo que pierden los trabajadores acrecienta los beneficios capitalistas, que reciben además subisidios enorme del Estado. Esto sí que es inflacionario. La inflación es la consecuencia de la bancarrota del estado, hundido por una deuda pública que supera holgadamente el valor de la producción nacional. Un gobierno de trabajadores procedería de inmediato a anular la deuda pública, con excepción de lo que corresponde a pequeños tenedores. Las patronales y el Estado quieren valerse del derrumbe del salario, para bajar fuertemente el piso de la contratación de nuevos trabajadores. A este propósito sirven los “empalmes” de los planes sociales y la “economía popular”. Para la “economía popular”, el capitalismo ha ingresado en una etapa de gran nivel de desocupación, que atribuyen a los cambios acelerados de la economía. La “economía popular” sería el nuevo paradigma del empleo en un capitalismo históricamente en decadencia. El progreso tecnológico, en cambio, es una oportunidad para repartir el trabajo social entre el conjunto de los trabajadores y para reducir también la jornada laboral y aumentar los salarios.
5 El Congreso nacional del Polo Obrero Tendencia plantea un salario igual al costo de la canasta familiar, hoy en 180.000 pesos, por ocho horas de trabajo. Una Bolsa de Trabajo, independiente del Estado, bajo la dirección de las organizaciones obreras y piqueteras. Esa Bolsa se hará cargo del ingreso de los desocupados al trabajo y del subsidio al descupado en la transición. Se financiará con un impuesto a las grandes patronales. La Bolsa debería ser organizada y dirigida por trabajadores electos. Al relevar las necesidades de la industria bajo un régimen de ocho horas de trabajo y cinco días a la semana; la organización de una Bolsa de Trabajo desnudaría a la sobreexplotación que implican las horas extras compulsivas, las cuales deberían ser reemplazadas por un aumento salarial compensatorio. La Bolsa debería asegurar, para los compañeros sin trabajo, el subsidio al desocupado equivalente al 80% de la canasta familiar; el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario; la creación de un cuarto turno de trabajo y un plan de obras públicas dirigido a resolver las necesidades de vivienda popular y servicios de los barrios.
6 La lucha contra la desocupación tiene un carácter definidamente político. Se delimita radicalmente de la que se encuadra en una política asistencial. La clase obrera no quiere ser una clase asistida; no puede desarrollar su carácter revolucionario sin ser independiente. Es necesario desarrollar la conciencia de clase, erradicando de las masas el concepto de la asistencia estatal y oponiéndole los derechos, las reivindicaciones y la lucha por el poder de la clase obrera. Con esta concepción, abordamos la convocatoria y la organización de nuestras movilizaciones: no se trata, nunca, de “arrastrar” compañeros, sino de conquistarlos a la convicción de que estamos en una lucha por nuestros derechos y reivindicaciones. En el movimiento piquetero, pero particularmente en el Polo Tendencia, ha surgido una vanguardia de la clase obrera. Esa vanguardia es consciente de que la desocupación deberá resolverse, junto a todos los problemas que enfrenta la clase obrera, como consecuencia de la crisis capitalista y la guerra, y la ofensiva del capital, en una lucha política. Esa vanguardia debe avanzar en su formación política, desarrollarse como cuadros revolucionarios, para conquistar la autonomía política de la clase obrera y desarrollar su conciencia socialista. Con esta concepción, nuestro método es ganar para la lucha a los sectores desocupados políticamente pasivos y con una conciencia de clase insuficiente, mediante la educación, el debate y el ejemplo. La adopción de métodos de aparato tiende a la formación de una burocracia falsamente piquetera.
Otra gran tarea por delante reside en la lucha para que el movimiento piquetero impulse la organización independiente de la mujer trabajadora. El capitalismo ha minado las antiguas condiciones paternalistas, y creado las condiciones para su completa independencia personal a través del trabajo asalariado y la desocupación. La mujer trabajadora ocupa en el movimiento piquetero un lugar excepcional y dirigente. Es necesario que se dote de un programa de reivindicaciones y de un método de organización y de acción. Sin el concurso activo de la mujer trabajadora, es imposible la emancipación de la clase obrera.
7 Diversos sectores del kirchnerismo han buscado instalar el planteo del “salario universal” (15 mil pesos) que la nueva ministra Batakis se ha apresurado en rechazar, por razones de “caja”. Cristina Kirchner ataca lo que llama la ´tercerización´ de los planes sociales, pero enmudece ante la tercerización que desarrollan las grandes empresas para bajar los salarios y aumentar la explotación laboral. En esta onda de ataque tiene lugar una escalada judicial y represiva. Esta Asamblea denuncia los allanamientos, detenciones y denuncias contra las organizaciones sociales. Los métodos de cada organización deben ser objeto del debate dentro de la clase obrera. Apoyamos la movilización contra estas acciones, y reivindicamos la completa vigencia de la democracia en las organizaciones obreras.
Mientras tienen lugar estos ataques, se retacea la asistencia alimentaria del Estado. Lo mismo ocurre con el reclamo de bonos para compensar la pérdida de poder adquisitivo de los planes actuales. Para quebrar la intransigencia del gobierno y el FMI, es necesaria una lucha decidida y de conjunto, una huelga general.
Esta Asamblea convoca al conjunto del movimiento piquetero a un plan de agitación política por la huelga general; a organizar brigadas que concurran a puertas de fábrica; a barrios, colegios y universidades. En momentos en que se convocan a diferentes asambleas, llamamos a la concreción de un único Congreso obrero, que prepare una huelga general contra el régimen fondomonetarista. Esta asamblea convoca a los trabajadores a la movilización política por su propio gobierno.
8 A medida que la crisis política se acelera, con un fondo hiperinflacionario, se potencia la política de cooptación del movimiento piquetero por parte de la burocracia de las organizaciones sociales, que ocupa en su mayor parte posiciones en el Estado y es la correa de transimisión del Estado en el movimiento piquetero. Tan importante como la unidad de acción de las organizaciones piqueteras que han actuado con independencia del estado, es necesaria la completa delimitación de la pequeña burguesía cooptadora. En la historia de la clase obrera, la colaboración con los agentes del estado o de las patronales ha sido siempre el camino de la derrota.