Hasta la victoria siempre, compañero José Luis Duarte

Escribe Alicia Escudero (Rosario)

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Hoy nos tocó despedir a un gran compañero de una de las barriadas más empobrecidas de la ciudad. José Luis se acercó y formó al calor de la lucha por la supervivencia al Polo Obrero de Nuevo Alberdi. Fue parte de una camada de luchadores que se forjaron en la asamblea, el piquete y los cortes de ruta.

Protagonizó junto a sus compañeros y compañeras grandes jornadas del movimiento piquetero (marchas federales, asambleas nacionales). Quedaron anécdotas incontables de aquel viaje en tren y animo a los que lo compartieron a hacerlos parte de esta historia común.

Supo organizar su barrio no sólo por la comida sino también por el trabajo, la tierra, la vivienda, el mejoramiento de las condiciones de vida. Las ocupaciones de tierra, el zanjeo, el tendido del agua potable, ¡hasta la pocera! Fueron algunos de los logros que fueron arrancándole al Estado.

Supo también junto a sus compañeras aprender a frenar la violencia doméstica, los abusos, los atropellos a los niños y jóvenes.

Supo también de la solidaridad de clase, porque no hubo conflicto de los trabajadores sindicalizados que no lo tuvieran presente (huelgas docentes, ocupaciones de fábrica, luchas contra los cierres, los despidos).

Su odio visceral a los punteros de toda laya, a las iglesias encubridoras que actuan en los barrios fue su constante lucha política por poner en pie un partido obrero. Defendiendo su legalidad, levantado listas y desplegando campañas también en el terreno electoral.

Un rebelde por naturaleza que con su piluso del polo supo ganarse el respeto de sus compañeros y de sus rivales políticos.

Lentamente su enfermedad lo fue deteriorando pero nunca perdió la fuerza y la conciencia política.

Por las mil batallas compartidas, ¡hasta la victoria siempre querido compañero!

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